Mientras que en otras vastas regiones del continente americano muchos canarios -y descendientes- se han dedicado más al tema agropecuario o al comercio; en Luisiana, sin embargo, hubieron de adaptarse al pantanoso medio y muchos se ganaron la vida como pescadores, tramperos y cazadores, comercializando con la venta de los camarones y las pieles de las nutrias para sobrevivir. Y la capacidad de supervivencia es algo que define el carácter canario como síntesis de la idiosincrasia española: Cuando parece que el barco se hunde, el canario está nadando y al final llega a flote a su destino.
Tradiciones que se han mantenido de generación en generación, desde que en el último cuarto del siglo XVIII, desde su posición local y aislada, empero, se convirtieran en protagonistas de la historia universal; cosa que sus descendientes enarbolan con lógico orgullo.
Pasen y vean:
*Recuérdese: