- No hay una conspiración mundial contra la hidroxicloroquina. El medicamento contradice el modelo económico «liberal y capitalista» que rige en Occidente, estimó Didier Raoult.
El profesor marsellés Didier Raoult se ha convertido en uno de los personajes emblemáticos de la crisis del coronavirus en el mundo, concedió ayer 26 de mayo una larga entrevista al presentador de origen español David Pujadas, el presentador de un popular programa nocturno en la cadena privada francesa (LCI) llamado 24 heures Pujadas.
Considerado uno de los principales expertos mundiales en enfermedades infecciosas y tropicales, Didier Raoult es el jefe del Institut hospitalo-universitaire Méditerranée Infection (IHU), en Marsella, que él creó en 2011 con fondos estatales.
El infectólogo respondió a numerosas preguntas sobre la pandemia, y en concreto, refutó con las conclusiones del artículo publicado por The Lancet, sobre los supuestos peligros de la hidroxicloroquina. También aseguró que no tenía pretensiones políticas ya que de alguna manera ya tenía ganada la inmortalidad con los doce tratamientos que ha inventado y que “están en las enciclopedias”. Aseguró con orgullo estar muy contento por los resultados de su trabajo y afirmó que quería seguir por ese camino.
Preguntado por la resistencia mundial a generalizar el tratamiento con hidroxicloroquina, el profesor Raoult intentó un ejercicio de pedagogía que fue a mi juicio la parte más interesante de la entrevista. El profesor comenzó explicando que existen fenómenos “monstruosos” que se están produciendo en el campo de la investigación mundial. A su juicio el centro de la innovación ya no se encuentra en occidente, sino que se ha desplazado hacia el Extremo Oriente. “Es allí donde se fabrican los medicamentos que se utilizan aquí. Usted debe saber que en mi especialidad (los microbios), ni siquiera en América, existen especialistas de mi nivel, los únicos que juegan en mi liga son los chinos”, aseguró ante un escéptico Pujadas que sólo atinó a comentar la frase con un irónico “¡Nada menos!, “Pues sí, continuó Raoult imperturbable, los chinos, los taiwaneses… He descubierto un tercio de los microbios que afectan al ser humano, así es que estoy en condiciones de valorar lo que hacen los demás (…) y lo que está ocurriendo ahora mismo solo tiene comparación con lo que sucedió durante el Renacimiento en Europa”, resumió.
El segundo punto que calificó de perturbador al mismo tiempo que interesante es el cuestionamiento de la idea de progreso, puesta a prueba por «el fin del alargamiento de la esperanza de vida» en Occidente, «es mentira que todos viviremos 120 años», aseguró. Utilizamos desde hace 20 años de nuevas moléculas de avances tecnológicos sin impactos mayores; mientras que, en el resto del mundo, países subdesarrollados como Cuba o India (Kerala) utilizando viejas moléculas han llegado a resultados comparables, incluso superiores. Para el científico no caben dudas “La mortalidad por la Covid-19 ha sido mayor en los países ricos que en los pobres”, considerando que en Occidente deberíamos reconsiderar el modelo “tecnológico de la producción de medicamentos”, porque la carrera desenfrenada por nuevas moléculas «costosas» impide el reposicionamiento de las ya existentes que son igual de útiles. “Todos los tratamientos que utilizamos aquí (en el IHU) son genéricos, o sea existen hace más de 20 años, y la gente se cura perfectamente con ellos” destacó Didier Raoult, concluyendo con la necesidad de cambio de paradigma, dado que nuestro sistema económico “liberal y capitalista impide obtener ganancias con moléculas que cuyas fórmulas son del dominio público”, dando a entender que era en ese punto donde estaba el problema, refiriéndose implícitamente al Remdesivir, autorizado en Estados Unidos y preconizado por la Organización Mundial de la salud como tratamiento a la Covid-19, cuando todos los estudios clínicos prueban que “no ha salvado ni un solo enfermo”, zanjó.
¿Una conspiración de la izquierda para impedir la reelección de D. Trump?
Entrevistado esta mañana par la emisora Sud Radio, Didier Raoult volvió sobre le tema de su cóctel medicamentoso, y aseguró que todo el mundo sabía que The Lancet estaba contra Trump, por tanto, su última publicación no tenía nada que ver con la investigación, sino que se trataba de una decisión política.
Sin llegar a afirmarlo categoricamente, el entrevistador, André Bercoff, manejó la hipótesis que la oposición a la molécula se debía entre otros factores a la situación política en Estados Unidos, en concreto, la posición favorable del presidente norteamericano al uso del tratamiento.