Publicábamos no hace mucho un jugoso enlace (1) sobre la profusión de negreros en la Cataluña del siglo XIX. Entre ellos, destacan apellidos como “Mas” o “Goytisolo”; cosas que la memoria histórica que el PSOE se sacó de la manga (y el PP mantuvo) suele omitir afirmando su carácter sectario y ramplón. Con todo, parece que esa “tradición” negrera de una de las burguesías más explotadoras de la Península no se circunscribe al pasado, pues en pleno siglo XXI (¡qué progre queda esa expresión!), tenemos a Óscar Camps, empresario catalán al que sus trabajadores no le guardan un especial cariño en relación con el pago y las condiciones laborales del gachó, que para lavar su imagen, se da golpes de pecho y exhibe superioridad moral en complacencia con las mafias que cobran miles de euros y arriesgan vidas desde la orilla sur del Mediterráneo. No parece traer personas desnutridas y carentes de tecnología, eso sí. Y le gusta violar las soberanías de las respectivas naciones del Mediterráneo, ya sean africanas o europeas. Ahora ha intentado poner contra las cuerdas a Italia y no le ha salido muy bien. Pero quién sabe, algún día, su fijación negrera (la misma que tuvo el antepasado del corrupto Artur Mas) le puede jugar una mala pasada; porque no es que solamente ande violando leyes europeas –que también-; es que está engañando a africanos a diestro y siniestro en complicidad con las mafias, vendiéndose encima como solidario y buena gente. Y más pronto que tarde, los africanos se hartarán de los progres europeos que los utilizan como mercancía para fluctuar las conveniencias neomarxistas. Si no, que se lo pregunten a Rita Maestre, aquella que quiso mostrar su rebeldía pijorra enseñaba las tetillas en una capilla universitaria (2).
Sea como fuere, los escenarios que le esperan a Camps no son muy halagüeños. Empero, si fuera sólo una cosa de este tipo… El problema es que ya se habla más de Bronxcelona que de Barcelona y que Europa no se quiere dar por aludida ante este fenómeno de tráfico de personas que va a acabar de golpearla duramente; y entonces, a lo mejor algún día nos terminamos de comer el progresismo con papas.
Y por supuesto, la dizque ONG con nombre inglés. Que no se diga que más modernidad y progreso, imposible, collons.
Y eso sí: Nuestros progres, supremacistas africanistas ellos (especialmente islamófilos), en cambio, no tienen la misma sensibilidad con las víctimas de sus dictaduras comunistoides; y según los solidarios oficiales, los emigrados venezolanos y cubanos son fascistas y oligárquicos como mínimo; pero nuestros mentados progres, cuyas teorías consisten en traer a Europa millones de africanos a la fuerza (para beneficio de los explotadores como los del siglo XIX y como los de este), no se van a Cuba ni a Venezuela e insisten en permanecer en esta tierra tan insolidaria y tan malísima.
En fin, que Dios nos coja confesados.
(1) Véase:
(2) Véase:
[…] Diario 16, cuya línea editorial es la de dar caña a la Hispanidad espera que la “obra viva” de Azcona no deje a nadie indiferente. Lo cual no parece por el momento haberse conseguido, dado que los 1200 comentarios saben a poco cuando se está cuestionando como afirma doña Talegón “el papel que ha jugado España en América Latina» y la opinión que merece por parte de las personas que allí viven. […]