Un soldado Español en Puerto Rico
Durante de mi visita a España hace dos semanas compartí con amigos de Autonomía para Puerto Rico allá. Uno de ellos, desde Toledo no esperó casi nada y lo tenemos de visita en Puerto Rico, su nombre es José Antonio Tendero.
Iván Arrache, José A. Tendero y María Isabel Figueroa
Lo grande de esto es que no se trata de un periodista español, ni un político o dignatario como ha sucedido en el pasado, estamos hablando de un miembro simpatizante de nuestra ideología. Cualquiera vendría si le pagarán por hacerlo, pero esté lo hace porque simplemente le apasiona nuestro sentir y ama a su país, España.
Lo que llama más la atención es que él se dedica a proteger a su país como miembro de las fuerzas de seguridad. Aquí cobra sentido la expresión de «cumplir con su misión más allá de sus responsabilidades». Y es que él cruzó el Atlántico para apoyar y rendirle honores a sus colegas, que dieron sus vidas para defender a España aquel terrible año de 1898.
Les compartiré aquí el recorrido que apenas ayer dio José Antonio Tendero, primero vio como los símbolos del pueblo de Juana Díaz honran su españolidad con los Reyes Magos. Allí no se ve a Santa Claus, también vio placas alusivas a la Casa del Rey y la Plaza con nombre también de un rey español, vio un cañón español que estuvo enterrado por casi un siglo y que hoy se levanta orgulloso en pie de combate apuntando hacia donde corresponde. Comió en un lugar construido en ladrillo con fotos de andaluzas. Así fue Juana Díaz.
Luego pasó por un pueblo con todavía más asombrosa arquitectura española, Ponce, allí vio el Parque de Bombas construido cuando los puertorriqueños eramos españoles. La Catedral de Ponce, donde pudo golpear la pared hueca gracias a los impactos de bala que causaron las tropas estadounidenses durante la invasión, al matar allí a diez civiles que los abuchearon. Así siguió su recorrido para ver los rompeolas que dejo España en la Guancha.
El trayecto continuó y sucedió el momento más emotivo para él, en Yauco le rindió honores al Soldado Español Desconocido, eramos tres allí en ese momento porque también nos acompañaba la portavoz de Puerto Rico Católico Hispano, María Isabel Figueroa, e igual que con el soldado desconocido no se sabe si nació en Puerto Rico o España, allí entre nosotros no se distinguía una nacionalidad distinta, todos eramos iguales entre nosotros, seres humanos que nunca pedimos separarnos políticamente, que generaciones después todavía sufrimos en el presente el abuso de Washington que nos mantiene divididos como una vez también lo hicieron con Alemania.
Cabe destacar que llegó en el mejor momento porque en esa tumba pudo ver como el gobierno nos tomó en cuenta y puso dos astas adicionales para honrar a las banderas. Los trabajos de restauración se están llevando a cabo ahora mismo. Nuestros respetos y agradecimientos al alcalde Abel Nazario por su labor.
Para finalizar Tendero visitó la segunda ciudad más antigua de Puerto Rico que aún se mantiene en pie, San Germán, precisamente en Porta Coelli. Allí vio empedramientos y construcciones más antiguas que cualquier sitio de América continental. Y lo mejor, por accidente hasta yo descubrí un sitio que no sabía que existía, en la misma Plaza de Porta Coelli está un restaurante llamado Tapas Café, con unos precios mejores que un local de comidas rápidas y una calidad que solo encontrarías en los restaurantes españoles del Viejo San Juan o Madrid.
En fin, más allá del revuelo en la prensa y político, Autonomía para Puerto Rico, además de rectificar unos derechos humanos de los puertorriqueños como españoles, también ha causado un flujo humano entre Puerto Rico y España, lo que desde el punto de vista económico ayuda al crecimiento.
Oigan ¡Y eso es mucho más de lo que están haciendo los políticos! Ojalá y se sigan repitiendo ejemplos como el de José Tendero. Seguramente el primer miembro de las fuerzas de seguridad españolas que 117 años después se paró donde hubo combates. Quede pues registrado para siempre su nombre. Así se hace historia y se recuerda a los hombres. Gracias por darle nombre como soldado a uno que no vivió para dejarnos el suyo. ¡Eres grande Tendero!