El problema de los chilenos es que están convencidos que los venezolanos somos unos brutos y que por eso estamos donde estamos. No creen que Chile pueda llegar al nivel actual de Venezuela, se creen superiores. No entienden que esta gente es capaz de destruir todo lo que toca. Estos chilenos revolucionarios de baja monta les compran sus discursos populistas y sus reformas insostenibles en un país mucho más pobre que Venezuela, créanme comerán mierda mucho antes de lo que nos tocó comerla a los venezolanos… Ya veré a los que hoy se las dan de «revolucionarios en dockers» arrepentirse y rogar para que saquen a estos demonios. A ese chileno que le gusta ir a Cuba como si de un museo se tratara me encantaría dejarlos un solo día por las calles de Caracas a ver si sobreviven.
Éramos un paraíso, no se confundan, ustedes caerán mucho
antes que nosotros, porque aquí el historial de resentimiento es de larga data.
En Venezuela nos hicieron resentidos, nos embrutecieron poquito a poquito, nos
pisaron la dignidad hasta el punto que la gente se muere en una cola esperando
una bolsa de comida.
Si creen que estarán mejor, están equivocados, los pobres serán más pobres y esos ricos que tanto repudian buscarán la forma de hacer negocios con sus líderes populistas y serán más ricos y ustedes más pobres, más embrutecidos, más olvidados… Y esos que tanto repudian a la empresa privada, no se preocupen, ellas desaparecerán, no tendrán a nadie a quien repudiar más que a su estado protector, a ese estado que les dará las migajas para mantenerlos fieles a un régimen.
Lean chilenos, instrúyanse y no subestimen el poder de la izquierda y su aparato productor de miseria, no son mejores que los venezolanos, son mucho peores porque están por destruir el que hasta ahora había sido el único país de Latinoamérica capaz de salvarse, lo que tienen hoy lo añorarán hasta el punto que le dolerán las entrañas…
¡Suerte!