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José Antonio Pancorvo y los demonios del Pacífico Sur

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En tiempos del coronavirus, cuando más de un demonio campa a sus anchas, evoco e invoco la figura de José Antonio Pancorvo Beingolea, el grande del Perú de cuya amistad me honro como recuerdo de eterna admiración.

Añoro nuestras conversaciones en aquellos sofás de la flor de lis donde cambiábamos del castellano al portugués como nos venía en gana. Así como él podía seguir en latín.

Añoro al poeta, al filósofo, al pintor, al teólogo… Añoro al amigo y al maestro.

Pancorvo escribió “Demonios del Pacífico Sur” (Ed. Mesa Redonda),  una novela clarividente sobre dos mundos, dos espacios y dos tiempos que, cual “Utraque unum” (válganos el lema de la Monarquía Hispánica del siglo XVIII en complemento con el “Plus Ultra”), se nos vienen sobre el siglo XXI para rescatar lo mejor, aprendiendo de los errores.

Don José Antonio, caballero de la Virgen, al cielo miro y le dedico mis versos. Y como le dije en una ocasión, ¡hace falta un Taita Boves que exorcice a los bolivarianos!

POEMA EXORCISTA

A la memoria de José Antonio Pancorvo Beingolea QEPD

Los demonios del Pacífico Sur,
empezaron a ser exorcizados;
luego de dos siglos, la cruz de Borgoña,
flamante en Lima ha ondeado.

Señal inequívoca de ansia de imperio,
que no es mera nostalgia virreinal,
es la cruz que, empapada de fe
criolla, se despliega para soñar.

Hace dos siglos nos la quitaron,
aquellos que se entregaron a la traición,
aquellos que soltaron los demonios,
para que actuasen con tiránico horror.

Pero el mal no dura eternamente.
Por y para algo están las aspersiones.
Demonios del Pacífico Sur: No se confíen,
nuevas cruces y espadas vuelven con oraciones.

Bolívar y San Martín les abrieron las puertas,
pero hay quien está dispuesto a cerrarlas.
José Pancorvo nos dio la hermosa clave.
Sus letras acompañan nuestras armas.

Y más cruces de Borgoña se volverán a ver,
reivindicando a los caídos y a los que fueron
traicionados. El pasado no vuelve, eso ya lo
sabemos. Pero el futuro… ¡El futuro es nuestro!

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