Foto: La Casa de la Virgen María.
Éfeso, Turquía, 14 de junio de 2022.
Querida Ofelia,
Hoy ha sido un día de espiritualidad y contemplación, durante la visita a dos edificios muy simbólicos para la los cristianos, situados en las inmediaciones de Éfeso: la Basílica de San Juan Bautista y la Casa de la Virgen María.
Llegamos en autocar a las inmediaciones de la Fortaleza de Selcukque, tras años de excavaciones, se abrió al público en septiembre de 2012. La fortaleza se halla sobre la colina Ayasluk, donde se cuenta que San Juan Bautista escribió su Evangelio. La frondosa vegetación y las espléndidas flores que la rodean dulcifican de alguna manera la amenazadora severidad de la fortificación.
En esta zona se encuentra la Basílica de San Juan,considerada por todos el edificio bizantino más relevante de Éfeso.
El emperador Justiniano y la reina Teodora la mandaron construir en el siglo VI d.C. sobre las ruinas de una pequeña iglesia levantada a su vez encima de la tumba de San Juan (muerto en Éfeso en el 100 d.C.). La Basílica está adornada por una columnata a doble altura con arcos, por una frente de mármol muy ornamentada y por la imponente «Puerta de la Persecución” construida como defensa frente a los ataques de los árabes: todos excelentes testimonios de una época repleta de espiritualidad. Continuamos después hacia la Casa de la VirgenMaría, declarada lugar de peregrinación en 1892. Tras la resurrección de Jesús, María se retiró a una casa en el monte Bulbul, en Éfeso, donde vivió durante 46 años. Olvidada hasta hace dos siglos, en tiempos recientes la Casa de la Virgen se convirtió en lugar de peregrinación de los papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
La Casa de la Virgen es un lugar de culto; para visitarla, es necesario llevar ropa adecuada.
Después de la cena a bordo, disfrutamos de un desfile de modas con joyas de Bulgari en el Teatro Rojo y posteriormente, como cada noche, fuimos al bar de Piazza San Marco a tomar el digestivo, servidos por el amable camarero colombiano Óscar.
Te estoy escribiendo desde el balcón de nuestra suite del puente siete frente a un mar Mediterráneo y un cielo estrellado muy hermosos.
Besos desde estas lejanas tierras allende los mares,
Félix José Hernández.