«…Ya en el siglo XX, un hecho decisivo daría paso a la nueva etapa americana del viejo monasterio. William Randolph Hearst, el gran magnate de la prensa estadounidense que inspiró «Ciudadano Kane» a Orson Welles, se fijó en él y adquirió el claustro, el refectorio y la sala capitular con intención de llevárselo a una de sus mansiones en California. Para ello se desmontaron piedra a piedra sus muros, arcos, estatuas… Cada pieza de la flamante adquisición de Hearst fue empaquetada en un total de 11.000 cajas de madera acolchadas con heno y numeradas para su posterior identificación. A continuación, fueron transportadas por barco a través del Atlántico hasta Estados Unidos…»