Lo del «flaco de Galapagar», amén de ser una tormenta artística de invocaciones cretenses, mitraicas e ibéricas, ha sellado en Granada una aportación económica nada desdeñable. No sólo de pan/dinero vive el hombre, pero no está de más reseñarse, pues otras ciudades de España, como Barcelona, parecen esforzarse para que nadie vaya allí.
Sabemos que este enlace generará insultos y rechazos. De una minoría, por supuesto, que encima irá en nombre de la «cultura» o de la «izquierda animalista». Pues bien, antes de lanzar sus ladridos (en «Españoles de Cuba» no toleramos los insultos), recuerden a Federico García Lorca, Rafael Alberti, José Bergamín, Ernest Hemingway, o hasta a la Brigada de los Toreros del Frente Popular y tantos otros artistas vinculados a la izquierda que defendieron la tauromaquia; como también los hay de otras ideologías. Porque la tauromaquia no es patrimonio de ninguna ideología, sino de una cultura; que ha superado todos los prohibicionismos posibles desde hace siglos gracias al apoyo popular.
Pasen y vean sobre José Tomás en Granada: