Con mi cruz de Borgoña,
y mi cruz de Santiago,
nada me ha de faltar.
Sin miedo, soy hispano,
y codo con codo,
lucho con mis hermanos,
forjando un común camino,
que nos han arrebatado,
mas no nos pueden negar,
el futuro más anhelado:
La comunión de nuestros pueblos,
evocando lo mejor del pasado,
para construir un futuro,
ante este presente oscuro y aciago.
Dos cruces porto orgulloso,
para un destino señalado.
Dos cruces que arden en mi pecho,
dos cruces de designios sacros.
¡Dos cruces para el combate
de nuestro devenir hispánico!