Por Miguel Angel Alvelo Céspedes para España Exterior
La historia de los consulados españoles en Cuba después de la fatídica guerra entre ambos países, finalizada en 1899, y con una compleja situación desde 1902 hasta 1909 por la intervención norteamericana (y el pujante ascenso en todos los órdenes de la vecina norteña), estará reflejada en cuatro diplomáticos españoles, durante el periodo objeto de estudio: 1899: José Felipe Sagrario, cuya labor se trunca por la fiebre amarilla, falleciendo al año de su nombramiento. Joaquín María Torroja (1900-04); Ramón Gaytán de Ayala y Brunet (1904-09) y Pablo Soler Guardiola (1909-11).
En todos los casos se trata de funcionarios de carrera y, salvo el primero, cuidadosamente seleccionados, dada la importancia que el gobierno de Madrid otorga (como veremos) a “la plaza de La Habana”.
Dentro de la terminología diplomática, probablemente desconocida para muchos lectores, existen:
1.Consulado de Carrera: Tiene competencia para ejercer plenamente todas las funciones consulares que permite el Derecho internacional. En el Servicio Exterior español, todos los Cónsules son funcionarios de la Carrera Diplomática. Donde sólo existe un solo Consulado de carrera es en La Habana.
2.Consulado Honorario: Generalmente tiene la nacionalidad del país donde reside, incluso de un tercer Estado, no la del país por el que actúa, pudiendo ser a un mismo tiempo Cónsul Honorario de dos o más países. Opuestamente al Cónsul de Carrera, sólo es competente para ejercer un número limitado y secundario de las funciones consulares permitidas. Existe en Santiago de Cuba, Santa Clara y Camagüey.
Hace años que se viene anunciando el establecimiento de un nuevo consulado de carrera; la idea de su localización fue siempre la ciudad de Santiago de Cuba, por la importancia que esta provincia tiene en la historia de Cuba.
Menciono numerosos diplomáticos españoles, que pusieron empeño por esa plaza: D. Eduardo de Quesada, D. Pablo Barrios, D. Antonio Muñoz Rojas, D. Carlos Pérez-Desoy (actual Cónsul General), D. Tomás Rodríguez Pantoja, D. Jorge Montealegre Buire, D. Álvaro Kirkpatrick.
Mi reconocimiento y disculpas a quienes falta su nombre, todos ellos son igualmente parte de esa historia, y por supuesto los respetivos embajadores.
Hoy, para la localización de un nuevo Consulado, se postula Camagüey, mi provincia.
El primer vicecónsul en la Villa de Puerto Príncipe fue Ramón González Rojo, que entró en funciones el 29 diciembre de 1902. Ese consulado estaba ubicado en la conocida calle San Clemente (Palacio San Bernal). En dicho palacio se dispuso una placa a la memoria del primer cardenal cubano.
La residencia del primer vicecónsul se estableció en la planta superior de la casa donde nació Ignacio Agramonte, plena plaza Merced.
Actualmente, el Consulado General de La Habana está saturado por la diversidad de tramitaciones. En el año 2019 dio curso a unas 140.000 solicitudes de nacionalidad española, quedando pendientes casi 60.000 al amparo de la Ley de Memoria Histórica, sin olvidar las gestiones en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) que ascendieron a 136.904, siendo Cuba el tercer país fuera de España con mayor número de electores, precedida sólo por Argentina y Francia. Por último y no por ello menos importante, sino todo lo contrario, el departamento de actividad frenética continúa:
Visados: El exministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España Josep Borrell, en sus viajes a Cuba, señalaba que uno de los objetivos a corto plazo sería la creación de un nuevo Consulado de carrera en Camagüey, pero ¿a quién ayudaría este nuevo consulado?
En primer lugar, al funcionariado del mismo, dado que podrían trabajar de modo más organizado, cómodo y sin presiones, redituando un mejor servicio en los respectivos trámites consulares; igualmente para el Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
De oriente a occidente por carretera o tren (me refiero a una parte de nuestro pueblo), no olvido esas distancias camino a la capital.
Nuestro país atraviesa actualmente serias dificultades en relación con el combustible, puesto que el mismo se vería reducido. Hay un refrán: “La espera desespera”, esas cosas sirven muchas veces para escribir suspenso, una novela de acción y mucho más.
Conviene tener presente un nuevo trámite en camino: la “Nueva Ley de Nietos” como se denomina la nº 122/000055, que tratará la concesión de nacionalidad española a los descendientes de progenitores españoles nacidos en el extranjero; dicha ley se tramita en la correspondiente comisión del Congreso de los Diputados de España.