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Editado en Francia el Tomo XXXIII de Desde las Orillas del Sena. N 54 de la Serie Cartas a Ofelia

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Foto: Ayuntamiento de París, estatua de Etienne Marcel frente al Sena

París, 4 de junio de 2023.

En este libro Desde las Orillas del Sena Tomo XXXIII, N° 54 de la Serie Cartas a Ofelia, sus 504 páginas comprenden 157 crónicas en español, francés e italiano.

Lo dedico a mis queridos Amigos italianos Daniela y Nello.

Puedes encontrarlo, así como también todas las crónicas y libros anteriores en mi sitio web www.cartasaofelia.com cuyo webmaster es el ingeniero don Leonel Mena Valdés.

Gracias al historiador cubano don Ferrán Núñez, director de “Españoles de Cuba”, se pueden leer todas las crónicas en su página web:

ESC

Es posible  descargar gratuitamente en Google Drive todos los libros que reúnen las 7835 crónicas que he publicado desde mayo de 1981 hasta mayo de 2023, en español, francés e italiano en la siguiente dirección:

https://drive.google.com/drive/folders/0B2JGTV0Z-vJ5fkwyck1hbENQT2pDWC1ZLUFqZTBqVjZNQUR4aGJWblllT09kYmpWeUhlSGc

Todos los libros se pueden encontrar también en el sitio web Hemeroteca de Cubamatinal, gracias a su director don Miguel Ángel García Puñales, historiador y sociólogo cubano, presidente de la ONGD Ceninfec (Centro de Información y Documentación de Estudios Cubanos):

https://cubamatinal.net/hemeroteca/hemeroteca-cartas-a-ofelia/

Desde Miami las crónicas en español han sido publicada por don Roberto A. Solera (que en paz descanse por la eternidad muy cerca de Dios), director de Cuba en el Mundo, en:

www.cubaenelmundo.com

Don Guillermo Milán Reyes y su señora doña Eva Beffrage, representantes en Suecia de UNPACU (Unión Patriótica de Cuba), han publicado numerosas de estas crónicas desde Estocolmo en:

http://www.cubademocraciayvida.org

Desde las orillas del Sena.

Tomo XXXIII.

Número 54 de la Serie “Cartas a Ofelia”.

Depósito Legal,  junio de 2023.

© Versión PDF para la web y edición en papel; diseño, maquetación, montaje y foto de la portada: Félix José Hernández Valdés.

Editado en París, junio de 2023.

 Foto de la portada: Ayuntamiento de París, estatua de Etienne Marcel frente al Sena

Félix José Hernández.

La expulsión de los jesuitas: Antecedentes y consecuencias

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-Por Emilio Acosta Ramos

Un tema que genera debate es la expulsión de la Compañía de Jesús de España y sus provincias de ultramar. Ya habían sido expulsados por diversos motivos de Portugal (1759), Francia (1764) y posteriormente de Nápoles (1767), Parma y Malta (1768).

Ciertamente la Compañía de Jesús se había convertido en un cuerpo incómodo para la Corona, considerado incompatible con ella, “un estado dentro del Estado”.

Se amparaban hipócritamente en su independencia de toda jurisdicción tanto civil como eclesiástica, fueron acusados de servir a la curia romana en detrimento de las prerrogativas regias, fomentar las doctrinas probabilistas, simpatizar con la teoría del regicidio, haber incentivado el motín de Esquilache y defender el laxismo en sus Colegios y Universidades.

Luego del motín de Esquilache, el fiscal del consejo de Castilla, Pedro Rodríguez de Campomanes, se encargó de la realización de la Pesquisa secreta para reconocer a los culpables. En su informe cita:

«El jesuita ni la Compañía no se miran como vasallos; es enemigo de la soberanía, depende de un gobierno despótico residente en un país extranjero; allí remite sus riquezas, de allí recibe las instrucciones; no es dueño de resistirlas jesuita alguno ni de apelar o reclamar, sean de la clase que quisieren, porque las debe respetar por profesión como dimanadas del mismo Jesucristo».

En alusión a las reducciones guaraníes, las cuales los jesuitas levantaron a los indios frente a España y Portugal entre 1754 y 1756, exponía Campomanes que cualquier facción existente en una nación ponía en peligro la seguridad del Estado mismo:

«está usurpada la autoridad real, desconocida y precaria la diocesana, Y atropellado el dominio que a los Indios pertenece en el manejo de sus propias haciendas».

El padre jesuita Francisco Javier de Idiáquez, Provincial de Castilla y otros reconocieron su participación en el motín de Esquilache y se les impuso castigo a unos cuantos. La corona aprovecharía para acabar con la amenaza jesuita.

El 27 de febrero de 1767, después de consultarlo con sus ministros, el Rey Carlos III ordena la expulsión de los jesuitas de todos los dominios de la Monarquía española, señalando:

«por gravísimas causas relativas a la obligación en que me hallo constituido de mantener en subordinación, tranquilidad y justicia mis pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias que reservo en mi real ánimo; usando de la suprema autoridad económica que el Todopoderoso ha depositado en mis manos para la protección de mis vasallos y respeto de mi corona…».

La orden de expulsión fue aplaudida por el alto clero e incluso por otras órdenes, como agustinos y dominicos.

El encargado de llevar a cabo estas medidas en Venezuela fue el gobernador José Solano y Bote el día 15 de junio, en carta al jefe de gobierno el Conde de Aranda, del 11 de julio de 1767 cita:

«… hasta los treinta y cinco [días] no pasé a la Ejecución por las diligencias actuadas en cumplimiento puntual de las Órdenes e instrucciones de V. E. que el Rey Nuestro Señor se dignó mandarme obedecer y cumplir por la especialísima y particular gracia de sus Reales letras escritas de su real mano el primero de marzo de este año».

Fueron expulsados de América 2.600 jesuitas, unos 22 del actual territorio venezolano, los misioneros fueron: 9 pertenecientes a la Misión de Casanare; 5 al Meta y 8 al Orinoco. Por nacionalidades: 9 eran españoles, 8 neogranadinos, 3 Italianos, 1 bávaro y 1 alemán.

Decretada la expulsión se encargaron de las misiones otras órdenes religiosas, por ejemplo las de Guayana pasaron a manos de los capuchinos y a los franciscanos las de California, entre otros.

La corona reforma universidades y funda en algunos antiguos centros jesuitas Colegios de Cirugía, Jardines Botánicos, laboratorios químicos, junto a Sociedades Económicas de Amigos del País.

La supresión de la Compañía de Jesús fue decretada en 1773 por el mismo papa Clemente XIV y no sería restablecida hasta 1814 por Pío VII, en España el Rey Fernando VII les permitió el regreso el 15 de mayo de 1815 y en Venezuela tardarían siglo y medio para reaparecer en 1916.

Gracias a Alejandro Toledo, el globalismo se infiltró en el Perú

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-Por Mar Mounier

‘Gracias’ a Alejandro Toledo, el globalismo se infiltró en las instituciones del Estado, compró conciencias y creó el pozo séptico de corrupción que hoy contamina todo nivel en la política peruana con sus hedores putrefactos.

Alejandro Toledo, un tipo sin valores, monigote lleno de complejos, con una capacidad para mentir despreciable y mucha habilidad para hacerse de ‘socios’ interesados en arrancarse el país a dentelladas, merece terminar sus días en una cárcel. El daño que le hizo al país y sus consecuencias, se sufren hoy. Un país en donde la palabra ‘soberanía’ no existe más porque entregó al Perú al poder y decisión de poderes supranacionales como la CIDH, ONU, OMS y firmó tratados entreguistas a cambio de mendrugos en coimas.

Cada uno de sus corifeos, de quienes ‘trabajaron’ con el, sus ministros, secretarios, socios y huelefundillos varios, son los responsables que esa casta maldita y miasmática romantizada como ‘caviarismo’ (que no es más que logias o sectas discretas conformadas por traidores, encargados de imponer los proyectos globalistas en el Perú a través de ideologías destructoras de sociedades), haya encontrado terreno fértil.

(Recuerda: un ‘caviar’ es SIEMPRE un traidor. Un entreguista felón de su patria a cambio de nimiedades como casitas en playas exclusivas, lujosas oficinas en barrios acomodados, camionetas SUV’s, dinero del Estado en cuentas personales y puestitos en la administración del Estado -los de ‘baja clase’ se conformaban con espacios en platós de TV, asesorías, monsergas culturales y una que otra dádiva o licitación fraudulenta-. Y siendo REALISTAS y exactos, en el Perú NO existe el caviar. El término ‘caviar’ popularizado por Aldo Mariátegui para no ofender a sus coligados de reuniones donde se mezclan perro, pericote y gato, suena a pan con mango, a ceviche con piña, a carapulcra con palta. Lo justo es ATERRIZAR a esta gente. ¿’Caviar’? ¿en el Perú? ¿Por dónde? Cada uno de estos vendepatria merece un término que es bien peruano y que les cae como anillo al dedo: ‘HUEVERA’. Y ya sea por su labor, condición y puesto en la jerarquía miasmática de la cofradía pro-globalista, debe ser catalogado merecidamente según su nivel de pestilencia moral. ‘Huevera de pejesapo apesticiento’, ‘huevera de jurel pestífero’, ‘huevera de pejerrey podrido’ ‘huevera de merluza hedionda’ y etc).

Recuerda que todo el tinglado maloliente de ‘hueveras’ que infectaron las instituciones y organizaciones publicas y medios de comunicación del país, existe ‘gracias’ al beodo, al traidor mayor, Alejandro Toledo.

Que tenga larga vida… entre rejas para que le alcance a pagar por todos sus crímenes. Sí. En una prisión es donde debe terminar sus días un personaje tan despreciable, tan ruin y tan nefasto, como Alejandro Toledo.

La camiseta de la Sampdoria

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Habida cuenta de que en su momento hablamos de las camisetas retro a través de la camiseta de Maradona (1), me he acordado del impacto visual que causaba en mí de niño la camiseta de la Sampdoria.

Esto del fútbol ha variado mucho y no precisamente para bien. Pero desde que la globalización mediática empezó a marcar un antes y un después y lo que parecía inalcanzable, llegó a volverse monótono. También en las camisetas.

La Sampdoria me parecía un equipo que tenía un halo de misterio y exotismo. Recuerdo cuando en el cuadro genovés jugó Víctor Núñez. Sí, porque en aquellos tiempos, era raro ver futbolistas españoles en ligas extranjeras. Y recuerdo cómo me fascinaban los colores de su camiseta: Aquella camiseta azul, con una franja grande blanca que a su vez, albergaba los colores rojo y negro y la cruz de San Jorge; que luego me enteré que se debe a la fusión de dos clubes que a la postre, quisieron mantener algo de sus respectivas y primigenias esencias.

Hablando de eso, cuando estuve trabajando de comercial entre 2018 y 2019, una compañera genovesa que me vio una chaqueta en la que tengo un parche de la cruz de San Jorge, me dijo con los ojos muy abiertos que “era la bandera de la República de Génova, que fue una república marítima”.

Si ahora quiere uno la camiseta de la Sampdoria, basta con darle a un botón. Pero cuando yo era niño, rara vez se veía de refilón en la tele y poco más. Aunque en Sevilla, concretamente en la calle Sierpes, estaba “Deportes Z”, tienda de deportes y armería (lo que hoy sería impensable). Y en esa tienda había camisetas internacionales. Allí uno podía deleitarse la vista viendo de cerca las equipaciones de equipos italianos, franceses, alemanes, argentinos; camisetas de selecciones… Estamos hablando de una época que oscilaba entre el mundial de Italia´90 y el de Estados Unidos ´94…

En buena medida, pasearse por aquella tienda de deportes era una tortura para muchos niños, porque todos sabíamos que nuestras respectivas madres no iban a gastarse las entonces pesetas en aquello. Y con todo, uno soñaba con que algún día podría vestir alguna de aquellas camisetas, o que fuera el regalo de algún santo o de algún cumpleaños… Pero aquello nunca llegaba.

Como cantaban los Héroes del Silencio, “ya somos más viejos y sinceros y qué más dará…” No en vano, ese gusanillo infante nunca se nos fue. Y siendo más viejo y sincero, he de reconocer que cada vez que veo la camiseta de la Sampdoria, se me viene aquel encogimiento de corazón, aquella emoción maravillosa,  aquel mundo de misterio con las sensaciones características del niño que yo fui.

Al fin y al cabo, Sevilla y Cádiz estuvieron llenas de genoveses durante siglos y siempre fui un enamorado de la romanidad y de Italia, que no estoy diciendo que sea lo mismo, pero para entendernos. Pero eso, que al final, la cabra tira al monte.

Y es que en aquellos años el fútbol italiano era como algo inalcanzable.

Luego pasaron los años y bueno… Supongo que también tiene que ver con eso que cantaban los Héroes y que también las idealizaciones llegan hasta donde llegan. Pero aún me dura aquella italofilia que va más allá del fútbol, y por encima de todo ello, la romanidad que tantísimo nos explica.

Y bueno, ¡qué recordada emoción la de bichear entre las perchas la camiseta de la Sampdoria, aquel equipo en el que jugaba un español!

NOTA

(1)Recuérdese:

Fernando VII y la Constitución (conservadores vs liberales)

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-Por Emilio Acosta Ramos, de Venezuela Provincial (*)

Un mantra muy repetido es que por culpa de Fernando VII se deroga la constitución de Cádiz y surge las divisiones entre liberales y conservadores que tantas turbulencias trajo a la monarquía hispánica.

Lo cierto es que luego del vacío de poder surgido por el apresamiento de la familia real por parte de Napoleón Bonaparte, el criollo peruano Blas de Ostolaza, confesor de Fernando VII en el exilio, fue expulsado de Francia y llevaba escondido un poder otorgado por el Rey para que defendiese sus derechos al trono tanto en España como en las Indias. Al llegar a España inmediatamente informa a la regencia en Cádiz, lo que deriva en constituir las Cortes en 1810, que sirvieron para establecer un gobierno provisionalmente para luchar en contra la invasión francesa.

Para la elaboración del texto encontramos gente como Gaspar de Jovellanos que habría preferido unas Cortes a la antigua usanza española, más fieles, según su pensamiento, a la constitución política –es decir a la naturaleza– de España. O diputados como Esteban Palacios y Blanco, tío de Simón Bolívar, que se opuso a la abolición de la esclavitud.

La redacción del mismo enfrentó a las facciones conservadoras y liberales. Se abolió la antigua estructura gremial y estamental, asentada por escrito en las Siete Partidas del Rey Alfonso, esto enfureció a conservadores. Aunque el cuerpo legal tiene apartados rescatables como su artículo 18 que citaba:

«Son ciudadanos aquellos españoles que por ambas líneas traen su origen de los dominios españoles de ambos hemisferios, y están avecindados en cualquier pueblo de los mismos dominios».

En 1813 los franceses serán derrotados militarmente y firmarán el Tratado de Valencay el 11 de diciembre. Napoleón reconoce a Fernando VII como Rey de España. Fernando VII será recibido con fastuosas recepciones populares en España, y grandes aclamaciones en América, lo que le valió el nombre de «el deseado».

Los conservadores hacen llegar al rey «Manifiesto de los Persas» firmado por 69 diputados, un 37,5% del total de las cortes; de los cuales 10 diputados son de las provincias de ultramar, pidiendo que declarará nula la Constitución liberal de 1812.

El manifiesto es una réplica exhaustiva de esa Constitución de Cádiz, parte de los 143 párrafos que contenía citaba: «Era costumbre de los antiguos Persas pasar cinco días de anarquía después de fallecido el Rey, a fin de que la experiencia de asesinatos, robos, y otras degradaciones, les obligasen a ser más fieles a su sucesor. Para serlo España a V. M. [Fernando VII] no necesita igual ensayo en los seis años de su cautividad [por Napoleón)]».

Fernando VII siguiendo las recomendaciones de los peruanos Dionisio Túpac Yupanqui Inca, Blas Ostolaza los novohispanos Miguel de Lardizábal, Antonio Joaquín Pérez, presidente de las Cortes y otros diputados nobles de la monarquía católica, con respaldo de parte del ejército y de la mayoría del pueblo llano, hacen que su majestad se manifieste a favor del absolutismo aboliendo la Constitución de 1812.

Luego de abolida la constitución, los liberales intentaron varias veces hacer levantamientos armados para restablecer una monarquía constitucional pero no tuvieron éxito, hasta que en 1820 Rafael de Riego al mando de las tropas que estaban destinadas a ir a luchar contra los secesionistas en América se levanta y será restaurada la Constitución de Cádiz.

En ese lapso de tiempo Fernando VII es apresado por los liberales en el Palacio Real, por fortuna para el no podían asesinarlo ya que después de la caída de Bonaparte se impuso la Santa Alianza en Europa. Cita el investigador venezolano Carlos Villanueva en su obra «Fernando VII y los Nuevos Estados: la monarquía», que:

«Sin embargo sus carceleros,… no resistían la tentación de amargarle la vida… hasta el papel higiénico le era escatimado».

Riego obliga a Fernando VII que jurara la constitución y a decir aquellas célebre frase:

«Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional».

Esto hizo que en las provincias de ultramar muchos realistas conservadores cambiaran de posición o bando, dando un giro a las guerras separatistas en América, como sucedió con. Agustín Iturbide en México y con el Indio Reyes Vargas y el padre Andrés Torrellas en Venezuela.

Fernando VII, al final consigue la ayuda de Europa para restaurar el absolutismo, siendo Luis XVIII rey de Francia de la reinstaurada dinastía Borbón, quién por medio de la Santa Alianza, envía al Duque de Angulema con los llamados «Cien mil hijos de San Luis» los cuales no encontraron resistencia alguna en España, ya que el gobierno liberal no contaba con el apoyo popular y tenía escasas fuerzas militares para defenderse.

Se critica a Fernando VII por la represión ejercida en contra de los liberales después de que prometiera que si capitulaban no los perseguiría. Pero luego de recibir un golpe por parte de ellos, ser apresado y vejado, era difícil que cumpliera con su palabra.

Aunque años después en octubre de 1832 Fernando VII les concede una primera amnistía y un año después una segunda amnistía. Luego de la muerte de Fernando VII llegarán al gobierno el liberal moderado Francisco Martínez de la Rosa en 1834.

A partir de aquí los liberales controlarán el poder durante casi todo el siglo XIX, llegando las guerras carlistas y escribiendo la historiografía oficial plagada de leyenda negra contra Fernando VII, popularizando el apodo de «rey felón».

NOTA

(*) Enlaces de Venezuela Provincial:

https://www.youtube.com/@venezuelaprovincial

https://www.facebook.com/Venezuelaprovincial

Continuidad entre los Austrias y los Borbones

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-Por Emilio Acosta Ramos

Algunos autores sostienen que España con los Borbones estuvo bajo la órbita francesa, pero a finales del siglo XVII la moda del afrancesamiento estaba en todas las cortes europeas, en la de Carlos II de España se usaban pelucas al modo francés.

Lo cierto es que con la llegada de la dinastía Borbón a España con Felipe V se hispanizaron rápido como pasó con Carlos I en el siglo XVI. Con frecuencia se olvida que su abuelo el rey de Francia Luis XIV era hijo de la infanta española Ana de Austria, hija de Felipe III, y Felipe V nieto de la infanta española María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, y legítimo heredero gracias al testamento de Carlos II.

Historiadores como Alberto Bravo han desmontado este mito, entre la dinastía de los Austrias y Borbones hubo una continuidad, cuando Felipe V llega a Madrid mantiene el 90 % de la administración de Carlos II, como ejemplo está el Sumiller de Corps, Francisco Pimentel, conde de Benavente.

A partir de 1709, Felipe V abandona los planes de Luis XIV, cuando retiró sus tropas de España e inició conversaciones de paz con Gran Bretaña a espaldas de su nieto.

Cita Felipe V en carta a Luis XIV el 17 de abril de 1709, cuando este le aconseja abandonar España:

«Hace mucho tiempo que tengo tomado mi partido, y nada en el mundo es capaz de hacérmelo variar. Dios me ha puesto en las sienes la corona de España, y yo la sostendré mientras tenga una gota de sangre en las venas: así se lo debo a mi conciencia a mi honor y al amor de mis vasallos; estoy seguro que estos no me abandonarán nunca; suceda lo que quiera, y que si expongo mi vida a su frente, como estoy resuelto á hacerlo hasta el último extremo por no dejarlos, ellos también derramarán con gusto su sangre por no perderme. Si yo fuese capaz de una cobardía, semejante a la de ceder mi reino, estoy cierto que vos mismo me desconoceríais por vuestro nieto: deseo mucho parecerlo con mis acciones, como tengo el honor de serlo por mi sangre, y así jamás me aventuraré á hacer ningún tratado indigno de mí… Jamás dejaré a España sino con la vida, y prefiero, sin comparación, mucho mas perecer disputando en ella el terreno palmo a palmo al frente de mis tropas, que tomar ningún partido que mancillase, si me atrevo a decirlo así, la gloria de nuestra casa, que yo si puedo no deshonraré ciertamente».

Felipe V hará una política bajo los intereses españoles, diseña proyectos para recuperar el poder naval de España y el control de la Carrera de Indias. De hecho a la muerte de Luis XIV, Felipe pretendió incluso controlar e influenciar la sucesión al trono francés.

Tampoco hay una ruptura con la anterior dinastía de los Austrias, una prueba de ello es el lienzo de Domingo Martínez que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla de nombre: «Apoteosis de la Inmaculada» (ca. 1740 – en imagen). Destaca la continuidad entre Felipe IV, Carlos II y Felipe V. Se observa a los reyes en la parte derecha, este cuadro era la política de estado en la época, para demostrar su legitimidad y continuidad dinástica.

*Venezuela Provincial:

https://www.facebook.com/Venezuelaprovincial

https://www.youtube.com/@venezuelaprovincial

Elija con el Museo del Prado los Premios Goya de la Academia de Cine de España

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Madrid, 7 de febrero de 2023.

Querida Ofelia,

El Museo Nacional del Prado lanza una nueva iniciativa de participación para elegir los Goya de Goya

Una vez más, el Museo Nacional del Prado invita al público a ser parte activa de la institución, en esta ocasión, a través de la elección de las mejores obras de Goya entre las nominadas a las categorías de Mejor película, Mejor actor protagonista, Mejor actriz protagonista, Mejor diseño de vestuario y Mejores efectos especiales.

Como con el concurso Cartela abierta, los directos de Instagram compartiendo pantalla con sus seguidores o el diseño de las entradas, el Museo Nacional del Prado busca de nuevo la complicidad del público para elegir, en esta ocasión, los Premios Goya de Goya en el Prado.

Desde hoy y hasta las 9.45 h del próximo 10 de febrero, el público podrá participar en la elección de los Premios Goya de Goya en el Museo Nacional del Prado entre las obras nominadas en las categorías de:

MEJOR PELÍCULA

3 de mayo Fusilamientos (1814)

2 de mayo Mamelucos (1814)

Familia de Carlos IV (1800)

El aquelarre (1820 – 1823)

MEJOR ACTOR PROTAGONISTA

 Fernando VII (1814 – 1815)

Autorretrato (1815)

Gaspar Melchor de Jovellanos (1798)

Un garrochista (hacia 1795)

MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA

La marquesa de Santa Cruz (1815)

La maja vestida (1800 – 1807)

La lechera de Burdeos (hacia 1827)

La condesa de Chinchón (1800)

MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO

Carlos III, cazador (hacia 1786)

El quitasol (1777)

Aníbal vencedor (1771)

El cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga (hacia 1802)

MEJORES EFECTOS ESPECIALES

Saturno (1820 – 1823)

Vuelo de brujas (hacia 1798)

Pelele (1791 – 1792)

La nevada (1786)

 ¿Cómo se participa?

A través de una encuesta cuyo enlace puede pincharse en los canales oficiales del Museo en Twitter, Facebook y en Stories de Instagram. Enlace a la encuesta:

https://es.surveymonkey.com/r/losGoyadeGoya

Un gran abrazo desde nuestra querida y culta España,

Félix José Hernández.

Los falsos planes de unión de los insurgentes (la confederación hispanocriolla de Bolívar)

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-Por Emilio Acosta Ramos

Algunos autores sostienen teorías que durante los procesos de secesión en Hispanoamérica el rey Fernando VII se negó a negociar con el bando insurgente unos supuestos proyectos que tenían de unión, como en el caso de Bolívar, San Martín e Iturbide.

Quizás el proyecto más resaltante sea el Plan de Reconciliación del año 1820, auspiciado supuestamente por Simón Bolívar, donde no quiere romper con España, sino que buscaba la creación de «un gran imperio constitucional hispanocriollo con capital en Madrid» (1) y que la culpa que no se diera y se disolviera el imperio era de Fernando VII.

Primero hay que señalar que cuando el gobierno colombiano nombró como comisionado en Londres a Francisco Antonio de Zea a negociar con España, por medio del embajador español, Duque de Frías, lo hizo con el objetivo de lograr un reconocimiento al gobierno de Colombia y un fin de la guerra.

El Plan de Reconciliación era un proyecto personal de Antonio Zea, si es cierto que Bolívar le entregó poderes «en blanco», pero el Presidente de Colombia, Bolívar, no conocía el plan. Antonio Zea nunca se lo presentó.

Este plan de Zea tenía como nombre «Proyecto de Decreto sobre la emancipación de la América y su confederación con España formando un grande Imperio federal», pero el principio innegociable es que España reconociera la emancipación de América, así cita su primera propuesta, que «España reconocería la independencia de las naciones de Hispanoamérica». (2).

Ese mismo año de 1820 el gobierno colombiano que buscaba el reconocimiento de España, lo logró parcialmente por medio de los tratados de armisticio de Trujillo en noviembre, donde el objetivo de Simón Bolívar citado por Luis Perú de Lacroix, en Diario de Bucaramanga era:

«El armisticio de 6 meses que se celebró entonces y que tanto se ha criticado, no fue para mí sino un pretexto para hacer ver al mundo que ya Colombia trataba como de potencia a potencia con España. (…).

El armisticio engañó también a Morillo, y lo hizo ir para España y dejar el mando de su ejército al general Latorre, menos activo, menos capaz y menos militar que el Conde de Cartagena: esto ya era una inmensa victoria que me aseguraba la entera y pronta libertad de toda Venezuela, y me facilitaba la ejecución de mi grande e importante proyecto, el de no dejar un solo Español armado en toda la América del Sur».

Con todo y eso el Plan de Reconciliación de Zea, lo recoge el Duque de Frías y lo entrega a las Cortes liberales, en ese momento (1820) en España estaba gobernando el trienio liberal y era una monarquía constitucional, las Cortes rechazaron este proyecto, obviamente al exigir el reconocimiento de la independencia y tener dudosos propósitos, así que es falso que Fernando VII haya sido el principal artífice de la no aceptación de la propuesta.

Algo similar fue propuesto en las mismas cortes liberales por el diputado mexicano Lucas Alamán y fue rechazado. Un año después, Iturbide consumaba la independencia de la Nueva España con el Plan de Iguala que reservaba el trono de México al Rey de España o un miembro de la familia real española.

Lo cierto es que la verdaderas intenciones de Bolívar las deja selladas en una misma carta escrita a Fernando VII desde Bogotá el 24 de enero de 1821, donde dice que la existencia de Colombia es necesaria y que le ofrece una segunda patria a los españoles, cita:

«La existencia de Colombia es necesaria, Señor, al reposo de V.M. y a la dicha de los colombianos. Es nuestra ambición ofrecer a los españoles una segunda patria, pero erguida, pero no abrumada de cadenas. Vendrán los españoles a recoger los dulces tributos de la virtud, del saber, de la industria; no vendrán a arrancar los de la fuerza». (3)

Está claro que se habla de naciones diferentes y que hay una óptica independiente pero no antiespañola. Se buscó el fin de una cruenta guerra y el reconocimiento de la independencia. Bolívar nunca promovería un imperio-confederación con la metrópolis.

Simón Bolívar dejaría plasmado su ideal político, y geopolítico en 1826 en el Congreso Antifictiónico celebrado en Panamá. El cual era una América unida sin España y cuando fracasa se plantea la Confederación de los Andes.

Lo curioso es que aquellos que achacan el fracaso de esos proyectos a el rey de España Fernando VII, ignoran con malicia o sin ella que en el año de 1832 una vez perdidos los territorios de Hispanoamérica, el rey aceptó el Plan de Iguala (o Convenio de Córdoba), donde propone a su hermano D. Carlos M. Isidro y sus descendientes como emperador de México, la propuesta fue rechazada, quedando claro que estos proyectos, tenían otros propósitos, el cual era obviamente conseguir la independencia y romper con España.

Cita la historiadora María de las Nieves Pinillos Iglesias sobre esta propuesta de Fernando VII de 1832 en su obra «Los proyectos de integración Iberoamericana (S XIX):

«Como es sabido, los Convenios de Córdoba sirvieron para que Itubide fuera nombrado Emperador. Sin embargo, en 1832, Fernando VII aún creía que podían resultarle de alguna utilidad y así, a través del conde de Puñoenrostro, hizo saber al comisionado de México en Londres, Manuel E. Gorostiza —quien a su vez se apresuró a comunicarlo a su Ministro de Relaciones Exteriores Lucas Alamán— que España reconocería la independencia de México en los términos siguientes:

— Que México se constituyese en una monarquía, con una Constitución representativa.

— Que ocupasen el trono mexicano D. Carlos M Isidro y sus descendientes.

“Sin esas condiciones no se nos reconocerá en la vida”, transmitió Gorostiza, que añadía: “Levanteme de la silla al oír tamaño desatino y le manifesté que como Ministro y ciudadano de México no podía ya sin ser criminal prolongar más esta conversación, y que de caballero a caballero le juraba que proyecto más desatinado, más irrealizable y que indicase más ignorancia de las localidades que éste, era imposible que a nadie se le hubiera ocurrido”.

Está claro que la única finalidad perseguida por Fernando VII, a esas alturas, era despejar el camino del trono a su hija Isabel II, colocando lejos a su hermano D.Carlos».

*Fuentes citas:

  • Madre Patria – Marcelo Gullo.
  • Documento 5287 “Carta de Bolívar a S. M católica el señor Fernando VII” – Archivo Libertador.
  • Los proyectos de integración Iberoamericana (S XIX) – María de las Nieves Pinillos Iglesias.

 La realidad absoluta de Joan Miró en el Museo Guggenheim Bilbao

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Joan Miró Autorretrato, 1919. Óleo sobre lienzo 73 x 60 cm Musée national Picasso – París.

Bilbao, 9 de febrero de 2023.

Querida Ofelia,

• Fechas: del 10 de febrero al 28 de mayo, 2023

• Comisario: Enrique Juncosa

– En los 25 años de carrera que abarca la exposición hay una ebullición constante de nuevas ideas, que van del realismo mágico de sus inicios hasta el lenguaje de signos constelados.

– En este periodo queda patente el interés hacia el arte prehistórico por parte de Miró, que muestra una voluntad de regresar a los albores del arte y recuperar su sentido espiritual originario.

– Admirado por sus innovaciones formales desarrolladas en el contexto de las primeras vanguardias, sobre todo el Dadaísmo y el Surrealismo, Miró es también considerado un precursor del Expresionismo Abstracto y del arte conceptual.

El Museo Guggenheim Bilbao presenta Joan Miró. La realidad absoluta. Paris, 1920-1945 una exposición que explora la trayectoria de uno de los artistas más relevantes del siglo XX entre los años 1920 y 1945. El comienzo de este periodo fundamental en la obra de Miró lo marca la fecha de su primer viaje a París, una ciudad clave en su obra y su biografía, y lo cierra el año en el que, después de haber realizado sus Constelaciones (1940-1941) y tras unos años en los que apenas pinta, Miró crea una gran serie de obras sobre fondo blanco que consolidan su lenguaje de signos flotantes sobre fondos ambiguos.

En los 25 años de carrera que abarca esta exposición hay una ebullición constante de nuevas ideas, que van del realismo mágico de sus inicios hasta el lenguaje de signos constelados. En esta transformación se hace evidente el interés de Miró por el arte prehistórico, incluidas las pinturas rupestres, petroglifos y estatuillas, fascinación que confirma él mismo en sus cuadernos de notas, donde declara su voluntad de regresar a los albores del arte y recuperar su sentido espiritual originario. La obra de Joan Miró (Barcelona 1893- Palma 1983) es admirada por sus innovaciones formales, desarrolladas en el contexto de las primeras vanguardias, sobre todo el Dadaísmo y el Surrealismo, y se le considera asimismo un precursor del Expresionismo Abstracto. Miró es también un artista interesado en cuestiones espirituales y fascinado por las visiones y los sueños. Más recientemente se han resaltado también los aspectos políticos de su trabajo, subrayando su firme oposición a la dictadura franquista y su simpatía por el nacionalismo catalán de la época. Algunas de sus ideas, como las que se refieren al “asesinato de la pintura”, proclamadas en un momento, a finales de los años veinte, en el que Miró no deja de pintar, siguen intrigando, siendo la suya una actitud precursora del arte conceptual. Cuarenta años después de su muerte, en definitiva, su obra interesa y fascina, sin haber perdido un ápice de su condición enigmática.

La obra de Miró constituye un proyecto mito-poético ejemplar, una constante transformación de la experiencia vivida en arte. Miró rechaza, con la misma rotundidad con la que ignora el realismo tradicional, la idea de la abstracción pura, afirmando que todas las marcas que pinta en sus obras se corresponden con algo concreto, ancladas en una realidad profunda que es parte de la realidad misma. Esta idea remite a una frase del poeta André Breton, líder del movimiento surrealista, quien habla de una nueva realidad absoluta que incorpora el mundo interior de los artistas y los poetas a la realidad exterior. Por su parte, Paul Klee, artista admirado por Miró, define su propia obra como abstracta, pero con recuerdos, lo que viene a decir que, en el arte, lo real es lo real transformado por la memoria. En unas declaraciones a la revista Cahiers d’Art en 1939, Miró afirma: “Si no intentamos descubrir la esencia religiosa, o el sentido mágico de las cosas, no haremos sino añadir nuevas causas de degradación a las que ya rodean hoy a la gente”.

RECORRIDO POR LA EXPOSICIÓN

Miró se forma en Barcelona en un momento de eclosión de los sentimientos nacionalistas. La capital catalana es por entonces una ciudad conservadora, pero a finales de la década de 1910 surgen en ella personalidades notables comprometidas con las nuevas ideas artísticas que llegan de París, como el compositor Frederic Mompou, el poeta J. V. Foix, o el propio Miró. Barcelona acoge a varios artistas significativos de las primeras vanguardias que se refugian en la ciudad durante la Primera Guerra Mundial, entre ellos Francis Picabia, Robert y Sonia Delaunay y Marcel Duchamp, a quienes Miró conoce.

El pintor catalán ansía viajar, ya por entonces, a la capital francesa, y comenta con sus amigos las noticias que llegan desde allí. Imagina que en París encontraría una gran libertad artística y frecuentaría a los artistas, poetas y marchantes más avanzados de su tiempo, algo que efectivamente llegaría a ocurrir.

1918-1920

Miró pinta en esta época las obras denominadas detallistas, que se caracterizan por la gran delicadeza y concentración manifiestas en su ejecución. En ellas, las hojas de los árboles y de las plantas parecen caligrafías exactas y diminutas que remiten a prácticas artísticas orientales. El mundo rural, en estas obras tempranas, deviene un mundo arcádico. Miró, más que representar la realidad con exactitud, pinta las emociones que le provocan los paisajes. La voluntad de objetividad se transforma en una mirada visionaria.

De esta primera época es, también, Autorretrato (1919), que responde todavía a una voluntad de objetivación relacionada con la realidad visible. Esta obra está lejos de dos autorretratos posteriores, Autorretrato I (1937-1938) y Autorretrato II (1938). En el primero, Miró se convierte en una figura transparente y sus ojos y los ojales de su camisa adoptan formas astrales o cósmicas, siendo su rostro el emblema de su mundo interior. En el segundo autorretrato de 1938, Miró se convierte, literalmente, en la noche, siendo esta una pura visión de sí mismo en un momento arrebatado. En esta obra, dos círculos rojos, rodeados de llamas flameantes amarillas flotan en un espacio negro, sin límites ni horizonte, rodeados de estrellas, peces, pájaros, mariposas y formas abstractas biomórficas. Todo sugiere un éxtasis.

Para Margit Rowell, “la vida espiritual de Miró, su paisaje interior, era tan real para él como el sol, un insecto o una brizna de hierba. (…) Su consciencia mito-poética raramente veía la realidad sin un filtro: el filtro que transformaba cualquier verdad en una Verdad Absoluta”

Principios de los años 20

Miró escribe a su amigo J. F. Ràfols en 1923, hablando sobre los nuevos paisajes que está pintando por entonces: “He conseguido romper y liberarme definitivamente de la naturaleza y los paisajes ya no tienen nada que ver con la realidad exterior”, todo en búsqueda de un “mayor poder emocional”. Interior (La masovera) (1922-1923), otra obra más sobre el mundo rural es también un cuadro de transición. Para pintar a la granjera del título Miró utiliza una muñeca, lo que subraya una sensación final de extrañeza. En esta pintura todavía se identifican con claridad todos los elementos visibles, incluido un gato o una chimenea. Sus enormes pies descalzos, sin embargo, confirman que la mera representación no es aquí el objetivo del pintor, y que la energía que transfigura lo real viene de la tierra.

En su primer estudio parisino, en el 45 de la Rue Blomet, donde se instala en 1921, Miró pinta los paisajes que no se refieren a la realidad exterior. André Masson es vecino suyo y por el estudio de Miró pasan artistas y poetas destacados, como Antonin Artaud, Raymond Roussell, Robert Desnos, Paul Eluard, Michel Leiris, Benjamin Péret o René Char. Le interesan las innovaciones formales de todos ellos, que rechazan la lógica, los lugares comunes y la tradición, interesándose por cuestiones como el automatismo, la estética de la fragmentación, la unión arbitraria de imágenes inesperadas e inconexas, o el uso visual y tipográfico de los textos poéticos en los caligramas. Los cuadros de Miró de mediados de los años veinte, conocidos como las pinturas oníricas, destruyen cualquier estructura narrativa lógica, y los pocos elementos que aparecen esparcidos por sus superficies parecen responder a la improvisación, aunque sus bocetos prueban lo contrario.

Rue Tourlaque

Entre 1926-1927, Miró cambia de estudio y de estilo, estableciéndose en la Rue Tourlaque, donde trabajará hasta 1929, alternando veranos catalanes, y donde frecuentará a artistas como Jean Arp, René Magritte y Max Ernest, sus nuevos vecinos. Entre las obras de este momento destacan una serie de paisajes horizontales de gran formato, como Paisaje (Paisaje con gallo) y Paisaje (La liebre), los dos de 1927. Miró pinta en ellos algunos elementos reconocibles, aunque estilizados. Los fondos de estos cuadros son de colores intensos y sugieren espacios amplios, mientras desaparecen maneras de pintar tradicionales, como el sombreado, la construcción de volumen o la perspectiva. Todavía en 1927 Miró crea una serie de pinturas sobre fondo blanco de pequeño tamaño, como Pintura (El sol) o Pintura (La estrella). En ellos el fondo es un puro espacio pictórico, donde formas reconocibles y estilizadas de astros y animales flotan como emblemas de esta nueva realidad.

Años 30

En los años treinta, el expresionismo se convierte en una característica dominante de la obra de Miró, como en Grupo de personajes en el bosque (1931); las llamadas Pinturas salvajes (1934-1938); una serie pinturas sobre papel de lijar; collages; pequeñas pinturas sobre cobre, como Hombre y mujer junto a un montón de excrementos (1935); una serie extensa de pinturas sobre masonita del verano de 1936; u otra sobre celotex de 1937. En general, todas ellas se caracterizan por plasmar figuras monstruosas en espacios ambiguos e inquietantes, que probablemente reflejan su ansiedad y preocupación por la situación política que conduce a la Guerra Española y a la Segunda Guerra mundial. Miró crea las 27 pinturas sobre paneles de masonita del mismo tamaño durante el verano en el que comienza la Guerra Civil, y estas obras anticipan la pintura de acción de la Escuela de Nueva York, cuando el acto de pintar se convierte en el tema de la pintura. Sus imágenes son una ilustración del proceso que les ha dado lugar. Miró pinta sobre un material de textura notable y color intenso y terroso, donde superpone con rapidez trazos negros y campos de color, con materiales también ricos en texturas como el alquitrán, la grava o la arena. A veces rasca o agujerea la superficie. A pesar de su espontaneidad, podemos ver en ellos algunas formas reconocibles o sugerentes de cosas concretas, como ojos, cabezas y falos.

Varengeville-sur-Mer

Cuando empieza la Segunda Guerra Mundial Miró, que estaba exilado en París, se traslada a una pequeña casa en Varengeville-sur-Mer en Normandía, donde recibe el encargo de pintar un mural. Una vez allí pinta cinco pequeños paisajes titulados El vuelo del pájaro sobre la pradera, que se refieren a las llanuras abiertas de aquella zona y el vuelo de los cuervos sobre ellas, un paisaje muy distinto al del Mediterráneo.

Desde Varengeville Miró escribe a su amigo Roland Penrose cómo surgen las Constelaciones: “Después de pintar, mojaba mis pinceles en aguarrás y los secaba sobre hojas blancas de papel, sin seguir ideas preconcebidas. La superficie manchada me estimulaba y provocaba el nacimiento de formas, figuras humanas, animales, estrellas, el cielo, el sol y la luna. Dibujaba todas estas cosas, vigorosamente con carboncillo. Una vez que había logrado el equilibrio en la composición y ordenado todos estos elementos, empezaba a pintar con goauche, con la minuciosidad de un artesano o un hombre primitivo; esto me llevaba mucho tiempo”.

Las 23 constelaciones fueron realizadas entre enero de 1940 y septiembre de 1941, acabándose en Mallorca donde Miró y su familia se instalan huyendo de la Guerra en Francia. Cuando se muestran en Nueva York, en la galería de Pierre Matisse en 1945, son las primeras obras hechas durante la guerra que se exhiben en Estados Unidos, y causan un gran impacto. Estas pinturas son la culminación del potencial del lenguaje de signos creado por Miró, con un énfasis en la imaginación y la intuición, y la voluntad de hallar una forma de expresión primordial y universal.

Después de las Constelaciones, Miró está un tiempo sin pintar, encerrado en Mallorca con su familia. La cosa cambia en 1945, cuando realiza una gran serie de pinturas de gran formato, otra vez sobre fondo blanco, en la que desarrolla de nuevo su lenguaje de signos. Mujer y pájaros en la noche, Personaje y pájaros en la noche, Mujer en la noche, son títulos de esta serie, y algunos de ellos se repiten. Casi todas las obras tienen la palabra noche en su título, aunque sus fondos son blancos y luminosos. A partir de 1944, Miró se interesará, además, por la cerámica, trabajando en colaboración con Llorens i Artigas.

DIDAKTIKA IN FOCUS: JOAN MIRO

El proyecto Didaktika que complementa la exposición se centra en presentar la figura del artista a partir de la proyección de extractos de los tres episodios del programa Trazos de TVE, dirigidos por Paloma Chamorro y con Joan Miró como invitado principal. Además, se incluyen varias reproducciones de imágenes del artista en vinilos en pared que completan la experiencia, junto con una biografía y con una vitrina donde se muestran varias fotografías originales de Miró obtenidas por Man Ray.

Actividades

Charla introductoria a la exposición (8 de febrero)

Enrique Juncosa, comisario de la muestra, ofrece una conferencia en torno a la figura del artista en el marco de la exposición.

Reflexiones Compartidas

Los profesionales del Museo Guggenheim Bilbao ofrecen en estas visitas únicas diferentes puntos de vista sobre los contenidos de la exposición.

• Visión curatorial (15 de febrero): Lucía Agirre, Curator del Museo.

• Conceptos clave (22 de febrero): Luz Maguregui Urquiza, Coordinadora de Educación e Interpretación.

*Patrocina Fundación Vizcaína Aguirre

Proyección del programa de la Serie Trazos: Joan Miró (10 de marzo)

El auditorio del Museo acogerá la proyección completa de los tres episodios del programa Trazos dirigidos por la periodista Paloma Chamorro, que entrevistó al artista de una manera muy personal y en los que destacan el ingenio y humor de Miró. Una producción de RTVE con motivo del 85 cumpleaños del artista en el año 1978.

Sesión Creativa +18 Ilustración de relatos (20 de abril)

Marta Altés, ilustradora de El largo viaje de Joan Miró, biografía infantil del artista impartirá un taller de iniciación a la ilustración.

Acción performativa para familias: El Universo de Joan Miró (22 y 23 de abril)

La galería 105 será el escenario para los delicados movimientos de la bailarina y educadora Inesa Markava inspirados en la obra de Miró.

CATÁLOGO

La exposición está acompañada de una monografía dedicada al artista, con un texto general de Enrique Juncosa, comisario de la muestra, otro de Remi Labrusse, profesor de Historia del Arte Contemporáneo en la Universidad de París Nanterre, sobre sobre la relación de Joan Miró con la ciudad de París y un último texto de William Jeffett, Chief Curator del Dali Museum, St. Petersburg, Florida, sobre las grandes pinturas sobre fondo blanco de 1945, tan poco exploradas. Este volumen contiene ilustraciones de las obras presentes en la exposición.

Un gran abrazo desde la culta Bilbao,

Félix José Hernández.

Crocevia. La encrucijada de Jo Scaglione

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París, 31 de enero de 2023.

Querida Ofelia,

A fines del 2015, escribí la reseña sobre el bello libro de Jo Scaglione “A ritroso nel tempo” (Retrocediendo en el tiempo). La puedes encontrar en la siguiente dirección: http://cartasaofelia.com/testing/mirar.asp?ID=2561

Jo decidió escribir un segundo libro, por ello lo llama “Crocevia. Capitolo Secondo”, ya que desea dejar un testimonio para sus hijos y nietos fundamentalmente, sobre como era la vida en su bellísima Isquia – la célebre Isla Verde del Mar Tirreno-.

Ya con la dedicatoria “A mi padre y a mi madre, que con su ejemplo fueron maestros de vida”, se puede constatar que estamos frente a un libro al 100% isquitano, sobre  las generaciones que trabajaron duramente a lo largo de sus vidas para lograr lo que es hoy día Isquia.

El libro se divide en tres partes, en la primera el autor nos cuenta con lujo de detalles cómo era la Via Roma en los años 50 y 60 del siglo XX, los de su infancia y adolescencia. Se pudiera recorrer esa conocida calle de la isla con el libro en mano, para comprobar como ha cambiado, creo que fundamentalmente al gran turismo que recibe, en gran parte procedente de Alemania, gracias a la riqueza de las aguas termales, la calidad de la hotelería, el comercio y la calidad humana de los isquitanos, lo que ha provocado el progreso económico general.

La segunda parte del libro Jo la dedica  a presentarnos por medio de anécdotas en muchos casos divertidas a una pléyade de personajes típicos de la isla y que forman parte de sus recuerdos gracias a ser  atípicos como: Renato Pollio, barbero,  pintor, guitarrista y gastador de bromas; Nanella, que era una “especialista” en arreglar  pulsos, rodillas, dedos, etc., cuando a alguien se le salían de su lugar; Nannina Chièpp y su hija Faelina, las que curaban los vientres inflamados por los parásitos de los niños, con tisanas calientes a base de ajo, limón, menta y miel, al mismo tiempo que colocaban el crucifijo  del rosario y oraban; Carmel à sórd (la sorda), la que lavaba  en casa de los clientes y después Vicenzone hacía secar las sábanas  a orillas de mar, las cuales flotaban gracias al viento, provocando las imágenes de los célebres filmes del Neorrealismo Italiano; Donna Béssa, la señora que se negaba a envejecer, y para ello se vestía, maquillaba y peinaba como una joven, lo que provocaba la burla de algunos chicos que le gritaban a su paso “Donna Béssa, tèn i píl ngópp a féssa”; la figura femenina poco agraciada de Bubú, la señora que se alzó la falda frente a la madre de Jo en la tienda, y delante de varios clientes, mostró su sexo para que le dijera cuánta tela tenía que comprar para confeccionarse las bragas; el simpático cartero gago Carminuccio  ú Pustín apasionado jugador de” Scopa”; Leopoldo Corbino “el hombre sándwich” debido a los carteles de publicidad para locales nocturnos que se colocaba al frente y a la espalda.

Algo especial es dedicado al Padre Benigno, cuya conversación con Jo con respecto a la Fe es uno de los puntos fuertes del libro; así como también lo es la trágica muerte del niño compañero de juegos infantiles en la playa Pasqualino Saurini.

Otros personajes con sus respectivas anécdotas son los “acchiappatori”: Ugo Sciacca  de origen noble siciliano, el cual paseaba por la isla con su Mercedes blanca descapotable y que ofrecía champagne a sus amigos después de haber comido un panino en la charcutería de Umbertino i Mangiasuonno; Il Musicante, le “Zanzare”, Mariannèllo y sus amigos, Franco Mazzella, Nicola Giudetti y un largo etcétera.

La tercera y última parte del libro Jo la dedica a contar la historia de su familia., comenzando por su padre Pietro y los diferentes dramas familiares- como las pérdidas de seres queridos-, que sufrió a lo largo de su vida y como a fuerza de tenacidad y de trabajo pudo construir las bases de lo que es hoy la cadena de tiendas de ropas de gran calidad “S/ Scaglione Ischia. Depuis 1934”.

En junio de 1942 la madre de Jo, que se encontraba en estado, fue conducida a la cárcel de Poggioreale acusada de contrabando, pero liberada al día siguiente, cuando su esposo se presentó declarando que él era el que había cometido el supuesto delito.

Anécdota simpática es la del abuelo de Jo, el cual prometió como regalo una bicicleta al primer nieto que se llamase como él.

Un personaje muy singular fue el tío Peppe, al cual pagaban los abogados para que sirviera de falso testigo en los casos que ellos defendían.

La mala suerte de la tía Angelina, la cual quedó viuda a los 26 años, después de haber cumplido apenas un año de casada. Su esposo, el que había partido hacía solo seis meses para los EE.UU. falleció, cuando ya Angelina estaba lista para tomar el barco para reunirse con él.

El libro termina con una anécdota deliciosa a propósito de un paseo de Jo y sus hermanos con el padre por Nápoles. Al llegar frente al Palacio Real el padre explicó el significado popular de las estatuas que decoran la fachada, pero al llegar a la de Vittorio Emanuele II, cambió el final del chiste debido a que se dio cuenta de que dos de sus hijos eran menores de edad, al mismo tiempo que hacía una seña a los más grandes para que se percataran que no era precisamente la cabeza lo que le iban a cortar con la espada como el acababa de decir.

Doy las gracias a mi viejo y querido Amigo Jo por ofrecerme su libro, el cual me ha permitido conocer aún más la vida cotidiana en su isla tan bella, que sigo visitando con mi familia cada año desde el 1981, cuando fuimos presentados a Jo y a su encantadora esposa por nuestro gran Amigo común, el Dr. Aniello di Meglio.

Crocevia. Capitolo Secondo.

© Jo Scaglione.

Delta Studio.

Italia.

103 páginas.

Noviembre de 2022.

Un gran abrazo desde estas lejanas tierras allende los mares,

Félix José Hernández.