Mulata no deriva de mula

Y en vez de la falsía del voto de castidad, pobreza y obediencia, el clero católico romano, debería de haber sido, y de ser actualmente, más respetuoso con las cosas nuestras; de las gentes, porque ellos no son gentes normales sino en su nomenclatura santos, aunque meen.

En la época, allá para finales del siglo XV y principios del XVI, cuando comenzaron los navíos, muchos en dedicación exclusiva, en el mejor y más rentable negocio que nunca ha existido, ni existe, como fue y es la esclavitud; y, como consecuencia de ella los esclavos y esclavas en los palacios, conventos, y casas señoriales, comenzaron a abundar por los pasillos y los dormitorios, como el clero controlaba, y controla, todo el mundo de los renglones, su falta de respeto hacia muchas cosas nuestras, de los laicos, de la gente normal, fue, y es, total.

Cuando el Islam irrumpe como religión en la Península Ibérica, más entendible, más barata, más benevolente y permisible que el cristianismo ¡y qué decir del catolicismo después!, hecho que aconteció en el siglo VIII y se extendió rápidamente por toda la citada Península y por muchas partes más sin necesidad de misioneros a sueldo y jornal, a los animales de carga, caballos, burros, mulas se le denominaba, en el romance que se hablaba aquí, en la España nombrada como tal por los griegos, y que después prohibieron los de la secta católica, como BESTIAMBRES.

Y así, en las pocas crónicas que se han podido conservar de manuscritos a los que no le han pegado fuego la secta religiosa católica desde su separación del cristianismo en el año d 1.054, se puede leer que las mulas y caballerías en general se las denomina con el citado adjetivo de pertenecer al grupo de los Bestiambres.

Y como para rabia y chinchada de los católicos, el islam se extendió y se adoptó como religión entendible y practicada con más devoción que el intransigente catolicismo en la Península Ibérica y por todas partes donde los mercaderes y comerciantes daban noticias de él, junto al citado islam se fueron filtrando muchas palabras en el lenguaje habitual ibérico.

Y así cuando el progenitor de una hija o de un hijo era un creyente islámico, y la esposa pertenecía a otra religión, una nueva palabra desconocida en España, se utilizó para designar a estos hijos de un matrimonio compuesto por personas de dos diferentes religiones, a los que se denominó como MUWALLAD.

De la palabra árabe citada muwallad, deriva, por tanto la palabra Mulata, nada que ver con el tono despectivo e irrespetuoso del fascismo imperante, clasista, del catolicismo, que a un ser humano lo ha querido identificar como descendiente de emparejamiento de un burro (en simbología del hombre negro), y una yegua (simbología de la mujer blanca), o al contrario.

Las religiones, el opio de los pueblos, la droga que los domestica y les permite a los poderosos dormir a pierna suelta y que sigan por el camino que ellos les indican, ordenan y mandan, en el caso español; en el mundo de habla española, quizá esté más acentuado que en otra parte, porque fruto de un trabajo sin cesar que todavía continúa incansable, la religión católica, en nuestro caso, tiene como fin primordial dejarnos sin raíces; desarraigados, porque un desarraigo es el mejor basamento para hacer fieles y serviles a los hombres.

Quizás el edificante ejemplo de la cubanía arranque, porque incluso cuando durante el periodo de la segunda regencia del rey Fernando de Aragón en Castilla, y corriendo el año de 1.515, ordenó tajantemente que la isla de Cuba se denominara en su honor Fernandina, y desde el oriente cubano, desde Santiago de Cuba, le hicieron una puñeta con un dedo corazón de jornalero muwallad.

Eso en tiempos cuando la esclavitud Otan no existía y no se podía concebir que hubieran tantos países serviles a los EE.UU. por las sisas de las compras de armas, y jugando con fuego atómico.

Salud y Felicidad sin covid, 22. Juan Eladio Palmis

Salir de la versión móvil