Si bien en cuestiones geopolíticas tenemos muy claro hacia dónde debemos caminar y mejorar con nuestra América (incluyendo en el caso a Portugal y Brasil), los desafíos de la globalización y la amplitud de nuestra historia e influencia cultural también nos señala otros horizontes y continentes.
El español se erige como una lengua continental americana, esto es, presente desde los Estados Unidos a la Argentina. En cambio el portugués se configura como una lengua de “islas”, y en esas grandes “islas”, África tiene mucho que decir: Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe, Guinea Bissau, Angola, Mozambique… En el continente africano, a su vez, hay dos “islas” que hablan español: Guinea Ecuatorial y el Sáhara, pasando por el enlace de Sidi Ifni. Empero, con la dizque “descolonización”, todo fue encaminado a expulsar a Portugal y España de sus áreas africanas, y así, Angola y Guinea Ecuatorial pasaron al área económica del franco C.F.A. y Mozambique pasó al área de la Commonwealth. Para eso le valió a Portugal la supuesta “alianza inglesa”.
Con todo, cabe recordar que en la dura guerra de ultramar que libraron los lusos, muchos africanos se destacaron por mantenerse con ellos, y así, el soldado portugués más condecorado de la historia fue Marcelino da Mata, de origen guineano.
Se podría haber creado una suerte de circuito económico iberoafricano que hubiera redundado en una más cercana relación política. De ello hablamos con Emilio Acosta Ramos, nuestro pana de Venezuela Provincial:
España se quiso ahorrar guerras en África, y al final tuvo desórdenes y hasta guerras, desde la vergüenza de Sidi Ifni hasta la infamia del Sáhara. Y de aquellos polvos todavía tenemos estos lodos, con Marruecos respirándonos en el cogote ante una Europa a la que le importamos muy poco:
Sea como fuere, seguiremos desarrollando estas ideas como parte fundamental de una geopolítica compartida como geografía providencial y arquetipo universal.
*Venezuela Provincial: