Los tribunales en Cuba española condenaban a los católicos que defendían su fe contra los masones

Es muy general en la gran Antilla la creencia de que la masonería defiende con todas sus fuerzas el consorcio civil, y no está lejano el día en que publicaremos las instrucciones dadas por las logias á sus adeptos con ese fin, y en especial á los jueces y á los magistrados que pertenecen á la hermandad masónica.
Un hermano distinguido que regularizó su situación masónica en 1871 en una logia de la Coruña, fué el acusador que llevó á los tribunales á un humilde sacerdote que se opuso con todas sus fuerzas á la calamidad del matrimonio civil entre católicos; el fiscal es muy conocido, y el sacerdote tiene hoy entablado recurso y espera del Tribunal Supremo de Justicia (1) la casación de la durísima sentencia que le impuso la Audiencia de la Habana, condenándole á la enorme pena de catorce años, ocho meses y un día de expulsión de todo territorio español, con las accesorias.

¡Al defensor del Catolicismo en Cuba se le consideró por la Audiencia habanera como reo de delitos contra la independencia del Estado, siendo así que por lo mismo debía juzgársele como el primer sostenedor de los derechos nacionales! Pero la masonería no tiene entrañas y arrolla é inutiliza al que se opone á sus planes.

Es muy grande la desgracia que pesa sobre España, y tan inmensa y fatal, que no se explica la ceguera de los gobernantes. El último alcalde de la Habana fué nombrado fuera de terna por el general Calleja, y ese alcalde, D. Segundo Álvarez, era Gran Maestre del Oriente de Colon de los Valles, de la Cuba masónica, abiertamente separatista (2); el alcalde de la ciudad del Pinar del Río, miembro prominente de la fraternidad, fué nombrado tal fuera de terna por el mismo famoso gobernador general Calleja; el segundo vicepresidente (D. Prudencio Rabell) del partido reformista cubano es Gran Oriente de otra rama de la masonería de la isla; muchos catedráticos, muchos jueces y muchos magistrados son masones.
La masonería es disolvente por su misma naturaleza; en nuestras provincias de Ultramar fué siempre antiespañola, y los jefes y más conspicuos conspiradores de las guerras de separación eran todos masones; la masonería actual de Cuba y Filipinas inspira el odio á la madre Patria, favoreció y favorece siempre todo lo que es antiespañol. ¿Por qué se la tolera y, aún más, por qué se la protege? ¿Por qué se dan puestos de confianza á sus individuos? ¿Por qué se ponen en sus manos armas que esgrimen alevosamente contra España?
Esto no lo sabemos explicar, si no es por la manía del suicidio.
(1) Este Supremo Tribunal en 8 de Febrero de 1896 casó y anuló la injusta sentencia de la Audiencia de la Habana, fecha 9 de Febrero de 1895, y absolvió plenamente al que esto escribe. Triunfaron, gracias á Dios, los derechos de la Iglesia y de sus sacerdotes, la honestidad y limpieza de la familia cristiana y la justicia por la rectitud de los primeros magistrados de la nación.
(2) Ahora mismo (Julio de 1896) acaba de averiguarse que ese Oriente tiene una logia aquí en Madrid, que celebra sus tenidas en el local de la Asociación hispano-filipina, también separatista, de la calle de Relatores.
 
Fuente: La Guerra separatista en Cuba

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