Los isleños de Luisiana, descendientes mayormente (con algunos aportes andaluces, baleares y cubanos) de pobladores canarios que arribaron a América del Norte en los tiempos de Carlos III, son un ejemplo de resistencia cultural y de mística pionera; lo cual tanto nos falta a los hispanos, tanto peninsulares como criollos, en esta aureola de endofobia y Leyenda Negra que hemos asumido contra nuestra propia historia y nuestra propia sangre.
A día de hoy, en Estados Unidos cada vez se conoce y se valora más este hecho; por más que en el pasado reciente, la política del «only english» pusiera contra las cuerdas a las culturas criollas allí asentadas antes de la independencia.
Pasen y vean:
*Recuérdese: