-Artículo de Emilio Acosta Ramos
Todas las civilizaciones suelen tener buenas comunicaciones para poder desarrollarse. El Imperio Romano fue muy consciente de esto y los españoles en su ímpetu de desarrollar sus reinos tomaron nota y empezaron a comunicar estos territorios por mar y tierra, tanto en Europa como América o Asia. Por eso localizamos «Camino de los Españoles» en tres continentes.
Es importante señalar que fue un trabajo muy dificultoso el comunicar poblaciones distantes separadas por selvas, montañas o desiertos, sin conocer nada de la zona, sin mapas y, como podemos asegurar, de la nada (hablamos del siglo XVI…). Las rutas que crearon aquellos españoles en éstas tierras para generar comercio y comunicaciones eran llamadas por éstos Caminos Reales. Los lugareños les llamaban El Camino de los Españoles. Se podía comerciar con la misma moneda (El Real Español), con el mismo idioma y con la misma cultura, desde Santa Fe de Nuevo México hasta Chiloé en Chile, y hay Caminos Reales por Europa, América y Asia.
En América, 20 años después de las independencias, estos Caminos Reales ya no se utilizaban y por consiguiente todo el comercio y las comunicaciones (entre esos el correo que era mucho más veloz que el de Europa) dejaron de existir y muchos de los caminos desaparecieron entre la maleza o quedaron en ruinas, solo en algunas de sus secciones se suele conservar y observar hoy en día.