López Obrador y la obra de Trump

-Por Andrés Alburquerque

I do not like the Arizona law. Trono airada la voz de un presidente extranjero en funciones en suelo americano; nada menos que en la augusta sede del Congreso. Felipe Calderón se atrevía así a faltar el respeto a un anfitrión que sabía connivente y servil.

Hagamos correr la cinta al día de ayer y encontramos a un miembro de la Cuarta Internacional convertido en presidente de México que en su primer viaje al extranjero acude a deshacerse en elogios hacia nuestro gran país; hacia el nuevo acuerdo que lograron su país, Canadá y el nuestro en materia de comercio y hacia el presidente Trump. Un presidente mexicano se quejaba entonces ante el vice de Obama, premio Nobel se La Paz, de discriminación mientras años más tarde otro presidente del mismo país, que ha abrazado la ideología marxista y el populismo de izquierda, lanza sólo linduras hacia quien se supone sea el padre del racismo en el mundo. La prensa no sabía como reportar la noticia; estoy seguro de que Jorge Ramos no pudo dormir. ¿Pero cómo explicar esta dicotomía?

La izquierda exhibe la pésima costumbre; aunque ha probado ser muy eficaz, de borrar y reescribir la historia según sus más contemporáneos intereses. Los mártires de ayer son los villanos de hoy y los torturadores de ayer son glorificados en camisetas y pancartas. Yo no seguiré ese nocivo sendero; desde el primer momento dije y hoy estoy más convencido que nunca de que AMLO es un agente de la Cuarta Internacional y que con su estancia en Los Pinos la gran nación azteca corre un grave peligro. Pero los análisis no se pueden basar en criterios rígidos ni en convicciones de principios. Lo cierto es que, por suerte o por desgracia, este señor se llega a la presidencia en medio de una baja en los precios del petróleo; un poco más tarde nos golpea esta despiadada pandemia y la economía mundial sufre un imprevisto descalabro. Como sabemos el populismo de izquierda se basa en dilapidar la riqueza acumulada por los demás, pero si hay poco que repartir el discurso se diluye y la popularidad cae.

Por otra parte tenemos la especificidad de la burguesía mexicana. Si bien esta ha sido apática e indiferente a su papel de multiplicar el tamaño de la clase media y crear situaciones más placenteras para los amplios sectores que aún sufren el flagelo de la pobreza; es también verdad que por su fortaleza y solidez financiera así como por su influencia en la economía mundial ligada a su rancio “nacionalismo” este segmento del país es mucho más influyente y omnipresente que lo que fueron sus homólogas cubana y venezolana. Aunque no todos mis amigos mexicanos concuerdan con mi criterio yo tengo la impresión de que el líder de Morena ha sido oportunamente advertido de hasta donde puede llegar demasiado lejos.

Otro detalle no menos importante; estos populistas de la Cuarta generalmente llegan y tratan de cambiar la Constitución para perpetuarse en el poder; es posible que AMLO haya perdido de vista la característica particular de su país. Se llama Estados Unidos Mexicanos; los gobernadores tienen un gran poder y como mismo el le hizo la vida imposible a Fox cuando era jefe del gobierno en la capital y este último era presidente del país, los gobernadores pueden echarle a perder la fiesta. De hecho. Los nueve estados más prósperos han lanzado diferentes iniciativas que van desde la separación hasta la eliminación del pago de dineros al gobierno central; sin plata no hay amor y el presidente lo sabe muy bien.

En este contexto se encuentra con Donald Trump; otro presidente controversial, aunque por razones muy diferentes, cuyos mensajes de campaña giran en torno a la estabilidad, el respeto de la ley; la no injerencia en los asuntos internos de los demás y la seguridad del ciudadano para, partiendo de ahí, poder lograr uno de los mejores paisajes económicos jamás dibujados en esta nación; para lograr esto es imprescindible la cooperación del importante vecino del sur; ambos se necesitan, las economías de los dos paises están estrechamente vinculadas y es ahí que se produce este singular, aunque perfectamente comprensible, matrimonio; unas nupcias celebradas de modo discreto; entre susurros de corredores y vuelos repentinos entre las capitales y conmemorado a bombo y platillo como eslabón fundamental en la cadena de cada uno de estos inéditos mandatarios. AMLO puede exhibir ante los ojos de sus críticos unas excelentes relaciones con el potente vecino; el silencio y el respeto total de Trump ante su modo de pensar y la consolidación de ese nexo que permitirá a su enemiga burguesía continuar jugando un papel protagónico en el escenario continental y mundial. “Si, yo estoy medio loco y hablo un montón de estupideces pero tengo a los gringos comiendo de mi mano” y no deja de tener razón. Por su parte Donald Trump hoy puede con toda autoridad retomar aquella fanfarronada de que México pagaría por el muro pues al final el estado mexicano está gastando dinero garantizando la seguridad de nuestra frontera sur y ejerciendo un control nunca antes visto en su frontera con Centroamérica.

Para ninguno de los presidentes este matrimonio ha sido ni será gratis; Estados Unidos tendrá que hacerse de la vista gorda ante posturas izquierdistas y México deberá continuar garantizando estabilidad en la frontera; pero después de todo estas nupcias son perfectamente explicables y se me antoja que inevitables; la histeria de la izquierda proviene de haber pedido uno de los pilares de su incendiaria retórica, la satisfacción de los amantes de America como continente proviene del logro de un periodo de estabilidad y cooperación que es siempre mucho mejor que la guerra de tarifas y la retórica elevada. El tiempo dirá cuán longevo puede ser este nuevo peldaño en las relaciones de dos países hermanos.

Observaciones:


1- La contigüidad de la visita de AMLO a Washington; el interés de ambos gobiernos en mostrar sonrisas y tolerancia; la firma por parte de Trump de la orden ejecutiva sobre el empoderamiento de los hispanos y el anuncio del mismo presidente sobre otra orden ejecutiva para los dreamers, me llevan a pensar que es posible que Mexico y USA estén cocinando un acuerdo migratorio o, en su defecto, algún tipo de protocolo que aporte cierto orden al caos.


2- La manera virulenta y errática en que los enemigos de Trump y los activistas de la Cuarta han respondido me hacen pensar que no esperaban esta ofensiva de La Casa Blanca; como dice mi amigo Mike: “a veces el bobito se anota un punto”. Me sorprende que no lo hayan visto venir.

3- Dista de mi erigirme en defensor de AMLO; es mi enemigo en toda la línea y mi criterio sobre su postura no cambia; pero las injusticias no las tolero; según Jorge Ramos el presidente de México ha renunciado a defender los intereses de los millones de mexicanos que viven en Estados Unidos. Me gustaría señalarle a este brillante periodista que está manipulando el orden de los factores: los millones de mexicanos que viven aquí, en su gran mayoría, además de las decenas de millones que sufren privaciones y desarraigo en México son producto de la abdicación de la clase política mexicana; del desdén y el abandono de los poderosos y de la ausencia de proyectos coherentes y responsables por parte de una burguesía a la que, con todo respeto, falta visión del futuro. La hermana nación mexicana no es Cuba, no es República Dominicana, no es Jamaica, cuenta con los más variados recursos naturales y con una topografía envidiable. Basta de buscar culpables Jorge Ramos; a la protección del pueblo mexicano ENTERO, renunció TODA la clase política y culpar a este individuo; que no es más que un producto de vuestro proverbial desmadre, no es ni justo ni correcto.


4- El desespero que reina en el otro bando responde a una realidad innegable: pensaron tener eternamente el problema de la inmigración y el presunto racismo de Trump como elemento a su favor; si este señor ahora se les vira con ficha y les toma la iniciativa les habrá arrebatado la alfombra de debajo de los pies.

No creo que debamos bajar la guardia y ponernos a dar victory laps; pero una leve sonrisita de hijo de puta no me la quita nadie. Lo importante amigos es que esto sirva como elemento de estabilidad; de progreso y de comprensión entre nuestras grandes tres naciones; antes de irme: el bitonguito del norte recibió órdenes precisas de la Cuarta Internacional para que aguara la fiesta; pero Canadá es mucho más grande que todo eso y el, con su carita pintadita de negro y las camisetas de Che Guevara que esconde bajo el colchón, pasará también; los canadienses son gente curtida y práctica.

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