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Las dos oposiciones cubanas

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La Hispanidad empieza en Cuba

entre otros valores, Cuba encabeza el sentimiento de Hispanidad, porque se lo ha ganado

José Gabriel Barrenechea.

Al interior de la sociedad cubana transnacional hay dos oposiciones al presente, y ambas son legítimas.

¿Qué las distingue? El a qué sectores de esa sociedad transnacional representan, en lo esencial; en lo más superficial y evidente su posición frente al Embargo.

Hay una oposición, adentro y en el Exilio, que comparte una visión ideológica neoliberal, y un consecuente proyecto de país sostenido en la prioridad del Mercado. En cuanto a cómo derribar al régimen su propuesta en lo esencial se centra en el uso de presiones externas a la Transnación Cubana, para obligar al régimen a cambiar, o para provocar una explosión social al interior de la Isla. Su principal caballo de batalla es el Embargo.

Este sector cuenta con el apoyo del mainstream neoliberal global, y por ello con los recursos y acceso a medios internacionales. Lo que nos puede llevar a equivocarnos en cuanto su real importancia, sobre todo al interior de la Isla: Numéricamente no es en realidad el más importante ni mucho menos, aunque sin duda es el que más repercusión logra tener.

Frente a esta hay una oposición más popular, que representa los intereses de las mayorías isleños, y un sector cada vez más importante de la emigración.

Este grupo va desde comunistas de izquierda y socialistas democráticos hasta liberales filosóficos, con una gran dosis de nacionalismo republicanista en todos ellos. Mucho más nutrido en realidad, no tiene ni una ideología única ni un solo proyecto unificado de país, como si los tiene el grupo anterior, y mucho menos un plan claro de cómo desembarazarse del régimen. Aunque en común tiene dos posiciones muy claras: la solución no está en la simple importación del modelo neoliberal, sino que debe consensuarse dentro y desde la Sociedad Transnacional Cubana a partir de su sui generis complejidad cultural y social, sus abrumadoras desigualdades económicas, y su aún más complejo devenir histórico; la intransigente oposición al Embargo, y a las imposiciones externas.

Sin duda este sector es el mayoritario. Sin embargo, al carecer de apoyos de sus semejantes políticos externos, que por lo general mantienen su apoyo a un régimen cubano que, si ya no tiene nada en común con ellos, y el que además esos semejantes no sean más que en sí mismos una oposición al mainstream global, priva a este sector de la oposición cubana de recursos y acceso a medios, al punto casi de invisibilizarlo.

¿Son irreconciliables estas dos oposiciones cubanas, igual de legítimas?

No necesariamente desde la racionalidad política estricta, aunque recordemos que la cubana no es una cultura muy racional que digamos.

En todo caso el acuerdo necesariamente deberá centrarse en el Embargo.

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