Un descendiente de Hernán Cortés se presentó en la oficina de Extranjería del Ministerio de Asuntos Exteriores, solicitando el reconocimiento de su nacionalidad española, por su evidente vinculación familiar (totalmente documentada) a uno de los mayores españoles de la historia. La solicitud le fue negada por que ninguno de sus abuelos nacieron en el actual territorio español.