Por mucho que algunos se empeñen en dar una versión diferente, la historia de España se ha contado, salvo matices, con bastante aproximación y veracidad.
Menéndez Pidal, Vives, Vilar, y tantos y tantos escritores clásicos y modernos españoles y extranjeros, a los que copiamos en nuestros escritos, nos han dado ya los elementos suficientes para poder interpretarla.
Castilla, no la de ahora fragmentada y olvidada, asumió la parte más dura de la Reconquista y fueron después las regiones periféricas (Iberia Marítima) las que obtuvieron los frutos de la unión. España entera realiza la revolución más grande de todos los tiempos con los descubrimientos y son las potencias del norte de Europa quienes se benefician del aumento del comercio mundial y, en general, de la primera globalización de la histora.
Los préstamos a los reyes, a los hidalgos, a tanto parásito como crearon las glorias, que vivían a costa de unos pocos productores (era un clamor el rumor de que un solo agricultor mantenía a treinta manos muertas), el alza de los precios, las importaciones pagadas con el oro y la plata de América, las interminables guerras, el desgobierno, etc., provocan como todos saben la decadencia.
Hay un paréntesis en el siglo XVIII, que fue un siglo de emprendimiento, pero que no tuvo continuidad . Todavía seguimos padeciendo las consecuencias de aquel parón histórico.
Sin embargo, mientras Castilla empobrecía, el eje Barcelona-Génova sustituye al eje Castilla-Flandes, la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas monopoliza el comercio del cacao desde 1728, luego lo compartió con una compañía barcelonesa de las Antillas, los gremios de comerciantes de Barcelona llegan a un acuerdo con el Gobierno para impulsar industrias en las colonias, en Cataluña el algodón sustituye a la lana con apoyos del Gobierno Español, la protección de las indianas, la supresión de derechos sobre la producción, el renacimiento del Consulat de Mar y el libre comercio con América, cuántas facilidades al País Vasco y a Cataluña por parte de todos los gobiernos en una época en la que algunos catalanes dicen que se les invadió.
No ha habido desde la época de los Reyes Católicos ninguna región marginada conscientemente en España. Mucho del atraso de Castilla se debe al clima y a la estructura heredada de la Edad Media: aristócratas, hidalgos, terratenientes, nunca al esfuerzo del pueblo que pagó las consecuencias.
Cataluña no tuvo nunca que pagar tantos favores como la monarquía se vio obligada a pagar a nobles, clero, órdenes religiosas, etc. en buena parte de España, a cambio de su colaboración en la Reconquista, en el Descubrimiento de América, en las guerras europeas. Quiénes sino las Cortes de Castilla tuvieron que afrontar tantos gastos y dispendios de entonces.
Hacen mal muchos catalanes en deformar la historia. Nuestros antepasados, los de todas las regiones, se merecen que a las futuras generaciones se les cuente la verdadera historia.
Partido Ibérico (íber)
IBERIA: Maestra de la vida y de la historia.
La historia de España ya ha sido suficientemente contada
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