«…La antigua unidad de la Monarquía Católica, una de las grandes protagonistas de la historia durante los tres siglos anteriores, había dejado su lugar a poco menos de veinte estados, todos ellos, incluida España de manifiesta irrelevancia internacional y las guerras habían convertido una antigua civilización urbana en otra en que las Ciudades dejaron de ser el centro de su universo mental y simbólico…»
«…Utilizar el término Monarquía católica, por lo tanto, responde no solo a una voluntad de precisión histórica sino también a la de intentar reflejar las características de esta peculiar forma de organización política que nada tiene que ver con un Estado-Nación moderno dueño o no de un Imperio…»
–Tomás Pérez Vejo, Elegía criolla