La guerra de «Independencia» americana fue también una guerra de exterminio
El odio que Bolívar destilaba contra España lo manifestaba en todos sus comunicados con expresiones insultantes, llamándoles bandidos
Por lo menos 7000 mercenarios ingleses fueron reclutados por José de San Martín
Así, en la arenga lanzada a los soldados que marchaban a Maracaibo el 6 de Octubre de 1813 decía:
“nuestras armas libertadoras han vengado a Venezuela, inmolando a los tiranos que tan pérfidamente la engañaron para sacrificarla a sus miras de ambición y avaricia. La sangre de estos monstruos apacigua el clamor de los manes de nuestras víctimas: ya ellas están satisfechas y el honor nacional vindicado. Mas nuevas glorias os esperan en los campos de Coro, Maracaibo y Guayana: partid, pues, a libertar a vuestros hermanos que gimen bajo el yugo español.”
Esa misma idea era defendida por Camilo Torres, quién como presidente del congreso de la Nueva Granada, emitió un comunicado el 20 de mayo de 1813 en el que afirmaba:
“Sacrificad a cuantos se opongan a la libertad que les ha proclamado Venezuela y que ha jurado defender con los demás pueblos que habitan el universo de Colón, que sólo pertenece a sí mismo y que ni por un momento debe consentir en depender de un pueblo ultramarino que ya no existe, por haber sido envuelto en otra nación…/… Levantaos contra vuestros opresores, abandonadlos a su perfidia, huid de la seducción y del engaño, que son los medios de que se valen para empeñaros en una guerra contra vosotros mismos.”
Ese odio por España tenía un compañero de viaje: el amor por Inglaterra. “Los ratos que Bolívar podía sustraer á sus urgentes ocupaciones los dedicaba diligentemente y con asidua aplicación al estudio de la constitución británica, y fué tanta su admiración por las instituciones inglesas, que formó la resolución, si alguna vez llegaba á obtener influencia suficiente en su patria, de trasplantar á ella esas instituciones, hasta donde lo permitiesen las diferencias de clima, costumbres é inveteradas preocupaciones.”
Envenenados por el odio, y abrazados a la masonería y a Inglaterra, los “libertadores” declaraban: «Independencia o guerra de exterminio. Es un delirio pensar jamás en reconciliación de la América con la España.” Siguendo esa consigna, y según Angel Rafael Lombardi Boscán, “el año 1813 dio comienzo a la guerra de exterminio que despobló al país.
La mayoría de los cronistas de la guerra hablan de 200.000 muertos entre un total de un millón de habitantes que tenía el país en 1800.
Según Dauxión- Lavaysse, viajero francés que visitó al país en la víspera de la Independencia, en 1807 había 975.972 personas y cuando terminó la guerra, el censo elaborado en 1825 estableció el número de habitantes en 659.633, es decir, que 316.339 venezolanos desaparecieron entre muertos y exiliados en poco más de diez años de guerra.”
En el ínterin había llegado el momento del protagonismo de otro “libertador”, San Martín, que fue el encargado de perfeccionar el Acta de París de 1797. En cumplimiento de la misma obtuvo el reclutamiento de cerca de siete mil ingleses que, generosamente, sin ánimo de lucro, y como siempre ha sido proverbial en el espíritu británico (como aclaración para los incautos me permito señalar que se trata de ironía), aportaron, además más de cincuenta barcos y gran cantidad de armas y municiones.