Madrid, 10 de febrero de 2021.
Querida Ofelia:
Esta exposición pone al alcance del público un conjunto de manuscritos iluminados conservados en la Biblioteca Nacional de España, cuya base textual es la lengua catalana. El núcleo central de la muestra se articula en torno a la prolija producción literaria del franciscano Francesc Eiximenis, nacido en Girona hacia 1327. Eiximenis, formado en centros universitarios de la categoría de París y Oxford, recibió el título de maestro de Teología en la Universidad de Toulouse, a instancias de Pedro IV el Ceremonioso. Las excelentes relaciones que cultivó con la realeza de la Corona de Aragón y con la curia pontificia instalada en Aviñón, se mantuvieron a lo largo de su vida. Al final de sus días, Benedicto XIII (Pedro Martínez de Luna) lo nombró patriarca de Jerusalén y obispo de Elna. Francesc Eiximenis falleció en Perpiñán hacia el mes de abril de 1409, aunque buena parte de su existencia transcurrió en Valencia, ciudad donde residía desde 1383.
En paralelo a esta activa vida política y religiosa Eiximenis fue un notable moralista y teólogo de tradición escolástica. Su copiosa obra literaria resulta sugerente para el lector actual ya que plasma de manera viva y directa la sociedad de su tiempo. Para Eiximenis la captación del detalle pintoresco que servía para aleccionar y distraer al lector laico, queda por encima del sentido enciclopédico de la narración, interpolada con abundantes exempla. Esta singularidad, junto a la profusa iluminación de sus textos, desconocida en otras lecturas medievales de la Península Ibérica, facilitó la amplia difusión de la obra de Eiximenis. Obras de autores castellanos de la envergadura del marqués de Santillana o el Corbacho de Alfonso Martínez de Toledo fueron refractarias a cualquier tipo de ilustración. Esta afirmación también se hace extensiva a la Corona de Aragón, territorio donde los escritos de Bernat Metge o de sor Isabel de Villena, influyentes en otros ámbitos de la cultura, tampoco se iluminaron.
Entre su producción literaria destaca Lo Cristià, magna enciclopedia que incluía la redacción de trece volúmenes de los que solo concluyó el Primer, el Segon, el Tercer y el “Dotzè” o Regimiento de Príncipes. Sin lugar a dudas, una de las aportaciones iconográficas más relevantes de este período emerge en el frontispicio del Terç del Cristià (Madrid, BNE, mss/1792), promovido por Ramon Çavall, patricio barcelonés que formó parte del gobierno municipal bajo los reinados de Juan I y de Martín el Humano.
Otras obras surgidas de la pluma de Eiximenis exhibidas en esta exposición son el Llibre dels àngels (Libro de los ángeles) (mss/4030), el Llibre de les dones (Libro de las mujeres) (mss/1984) y Scala Dei o Tratado de Contemplación (mss/92). El Llibre de les dones fue dedicado a Sancha Jiménez de Arenós, condesa de Prades. Este tratado integrado por una serie de recomendaciones dirigidas hacia las damas de la época, refleja la postura ambivalente del autor hacia el género femenino: por una parte amonesta con acritud determinadas conductas y, por otra, adopta una actitud paternalista admitiendo que los pecados de las mujeres son de menor importancia con respecto a los masculinos, debido a la ignorancia, mutabilidad y poco juicio de las féminas. De acuerdo con esta línea de pensamiento, puntualiza que las mujeres darán consuelo y compañía a los hombres en el Paraíso, pese a su fragilidad de conciencia. La obra Scala Dei o Tratado de Contemplación, redactado con motivo del acceso al trono de la reina María de Luna, es un reflejo de la sensibilidad religiosa imperante en la corte del rey Martín I de Aragón, decantada hacia un tipo de literatura teológica compleja que fue concebida por religiosos dotados de notables cualidades intelectuales.
Alrededor de este eje vertebrador se agrupan un conjunto de códices de lujo que son un claro testimonio de las inquietudes religiosas de la época. Uno de estos ejemplos es la versión catalana de la Somme le Roi del padre dominico Lorens d’Orleans, redactada en 1279 para el rey Felipe el Atrevido de Francia (mss/6291). Este tratado de “Vicios y virtudes”, escrito con un estilo agradable y ameno facilitó que se convirtiera en una de las lecturas religiosas más divulgadas durante los siglos medievales. Desde el punto de vista artístico destaca el Breviari d’Amor (RES/203), inmenso poema en occitano compuesto a fines del siglo XIII por Matfré Ermengaud, religioso de Béziers que había sido jurista y poeta trovador. Planteada para lectores poco versados en conocimientos teológicos, esta composición didáctica y moral alude a las diversas naturalezas del amor definidas por San Juan en su primera epístola (1Jn 4,16). El códice expuesto (RES/203) fue copiado en Lleida a fines del siglo XIV y es la primera versión en prosa al catalán. La elevada calidad de sus imágenes y el amplio programa iconográfico desarrollado a lo largo de sus folios, lo convierten en el códice más importante del denominado gótico lineal avanzado en Cataluña. Este breve apartado concluye con el Memorial de la fe cristiana (mss/1796) redactado hacia 1440 por el caballero y seglar Francesc de Pertusa. Se trata de una obra teológica de difícil lectura, que se compone por tres tratados que desarrollan un conjunto de ejemplificaciones de los dogmas de la fe cristiana. Además de gozar de cierta difusión, el Memorial de la fe cristiana fue citado por el poeta y médico de la reina María de Castilla Jaume Roig en su Spill o Llibre de les dones.
La lengua catalana fue utilizada en textos de base jurídica como Rúbrica de privilegis (Rúbrica de privilegios) (mss/11519) y las Ordinacions de cort (Ordenanzas de corte) (mss/5986). La Rúbrica de privilegis (mss/11519), de principios del siglo XV, recopila los privilegios y otros documentos de la ciudad de Barcelona. Hacia el final del manuscrito (fol. 153v) aparece copiada la fórmula correspondiente al juramento efectuado por los nuevos consejeros del gobierno municipal el día de San Andrés. A través de dicho documento se comprometían a preservar el bien común de la ciudad. En este orden de cosas cabe señalar que Ramon Çavall, protagonista del Terç del Cristià (mss/1792), fue consejero en jefe del gobierno municipal barcelonés entre los años 1405 y 1408. El Ceremonial de consagración y coronación de los reyes y reinas de Aragón (Madrid, Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano, Ms. R. 14425), promulgado por Pedro IV el Ceremonioso especifica con extremada minuciosidad los ritos y oraciones que componían esta ceremonia. A partir de 1353 fue añadido a las Ordinacions de cort (Ordenanzas de corte). Este ejemplar de lujo debió ser iluminado por el miniaturista catalán del Pontifical de Pierre de la Jugie a instancias del monarca.
El códice de Publio Valerio Máximo referente a la obra Facta et dicta memorabilia (mss/7540) es un reflejo del interés que existió en la Corona de Aragón por determinados autores clásicos que pusieron de manifiesto una serie de valores morales acordes con los ideales de la iglesia cristiana. La traducción al catalán del texto de Valerio Máximo fue elaborada por el dominico Antoni Canals en 1395 a petición de Jaime de Aragón, obispo de Valencia. La traslación enaltece los valores y virtudes del pueblo romano y tiene entre sus objetivos exhortar a aquellos que se alejaban de la iglesia cristiana a recuperar sus ideales. Esta obra fue una de las más difundidas durante los siglos medievales y su presencia se advierte en bibliotecas e inventarios, potenciada a través de dos centros de irradiación cultural. Uno de ellos fue Aviñón, sede de la curia papal, y el otro la isla de Sicilia, territorio donde, entre los maestros retórica y secretarios de la cancillería, floreció un notable gusto por la historia y los opúsculos morales con la finalidad de aplicar las aportaciones de esta literatura didáctica en la praxis del gobierno público. En este último apartado se incluye L’art de cavaleria (El arte de caballería) de Sexto Julio Frontino (mss/6293). La traslación de los Strategemata fue realizada por Jaume Domènech en 1369, a petición del rey Pedro IV el Ceremonioso.
A modo de colofón, solo cabe destacar la presencia del Llibre de l’ordre de cavalleria (Libro de la orden de caballería) de Ramón Llull, el único ejemplar conocido de este tratado decorado con ornamentación polícroma.
En definitiva, esta exposición pretende poner de relieve la existencia de un conjunto de manuscritos iluminados que tienen como denominador común el uso de la lengua catalana o, como en el caso del ejemplar latino de Valerio Máximo (mss/7540), haber servido de base para elaborar la versión catalana de 1395. La belleza que emana de las imágenes que habitan en sus folios se erige en un elemento visual imprescindible para apreciar la suntuosidad de estos códices, objetos preciados por sus antiguos posesores que despiertan la admiración del espectador actual.
La luz de la Edad Media en la literatura catalana
Comisaria: Josefina Planas
Del 19 de febrero de 2021 al 22 de mayo de 2021
De lunes a viernes, de 09:30 a 20:00 h.
Sábados, de 9:30 a 14:00 h
Domingos y festivos cerrado
Antesala del Salón de Lectura María Moliner (2ª planta)
Entrada gratuita y libre hasta completar aforo. Se recomienda inscripción previa.
Aforo limitado: 8 personas.
No se permite la visita de grupos con guía propio. No hay visitas guiadas organizadas por la BNE.
La visita tendrá una duración máxima de 20 minutos. Último pase media hora antes del cierre.
Un gran abrazo desde nuestra querida y culta Madrid,
Félix José Hernández.