La bandera de San Fernando como batalla cultural

-Por Antonio Moreno Ruiz

El separatismo es un problema que afecta a toda España y no sólo a determinadas regiones. Quisiéramos pensar que es algo restringido a Cataluña y Vascongadas o como mucho también a Galicia. Pero la triste y cruda verdad es que no hay una región española que no se vea afectada en mayor o menor medida por las teorías o las prácticas de los movimientos separatistas.

Si bien el andalucismo no se muestra a priori explícitamente separatista, en muchos casos sus resultados nada tienen que envidiarle a las lobotomías que han prendido en tierras catalanas o vascas. No es asunto baladí que la mal llamada “bandera de Andalucía” sea en verdad una extraña mezcla de elementos musulmanes y masónicos que aglutinó un Blas Infante Pérez de Vargas que veía en Castilla al máximo enemigo de un supuesto paraíso islámico en la tierra que a los andaluces nos fue arrebatada por unos malvados e intolerantes conquistadores que vinieron de Despeñaperros para arriba.

Hasta aquí el relato “indigenista” de cabecera blanca y verde al cual no se le ha prestado la debida atención. Un “indigenismo” muy raro, dado que apela a África y Oriente más que a algo propio del sur peninsular, pero bueno… Tampoco se le prestó atención al “celtismo” gallego y gracias al PP ha llegado demasiado lejos. En Asturias no es que esté mucho mejor la cosa entre el “celtismo” y el bable oficial. Y no en vano, antes de lamentarnos más nos hubiera valido analizar determinadas narrativas y sus posibles alcances. Porque lo cierto es que gracias al andalucismo, con disfraces de inocencias “folclóricas”, ha conseguido que nos quiten nuestros preciados símbolos de hace siglos, siendo que los cuarteles de Castilla y de León dejaron de tremolar en el sur, a pesar de que siguen presentes en multitud de escudos de municipios y cofradías.

Así, en Sevilla se dejó de celebrar tanto la fecha de la Reconquista como el día santoral de Fernando Tercero. Nos impusieron que Blas Infante Pérez de Vargas era el “padre de la patria” de una supuesta “realidad nacional milenaria” y todo lo que vino desde el siglo XIII era una desgracia. En los 80, ya nos dijeron “si los vascos y los catalanes pueden ¿por qué nosotros no?”. Se callaron que en la II República, los “autonomistas” sólo querían eso mismo para determinadas regiones privilegiadas, pero no para todos. Eso no lo cuenta la memoria histórica. O la memoria democrática. O como se llame.

Con todo, el caso es que los llamados “reynos del Andaluzia” en particular y la Corona de Castilla en particular se fue finiquitando desde el siglo XIX hasta querer sepultarla definitivamente en nuestros días. Sin embargo, mucha gente de estos antiguos “reynos” se ha rebelado y cada 23 de noviembre, en la Plaza de Nueva de Sevilla, a las plantas del Rey Santo por el cual Andalucía es hija de su Corona y no del islam, han vuelto a ondear el pendón de Sevilla, con la efigie fernandina y el ajedrezado de Castilla y León, tal y como se viene haciendo desde hace años gracias a que las asociaciones en honor a Fernando III el Santo de Palencia y Sevilla, junto con amigos de Córdoba, se empeñaron en librar esta batalla como muestra de unidad de las tierras de Castilla, León y Andalucía, con una razón histórica que subraya lo mucho que nos une frente a los artificios de quienes han inventado “hechos diferenciales” para el odio y la división entre hermanos españoles.

Asimismo, toda vez que Vox alcanzó representación en el parlamento autonómico andaluz, desde su labor institucional ha reivindicado también a Fernando III el Santo como el auténtico padre de la patria y ha recogido el testigo de una bandera que nunca quisimos dejar de ondear.

Desde el asociacionismo cultural hasta la política, se pueden hacer muchas cosas. Y en Andalucía, cuando Juanma Moreno coge carrerilla nacionalista queriendo imitar a su jefe Feijoo, se encontrará con una resistencia que dará la batalla cultural y política que durante años el PP ha negado. Y es que no en vano, recordamos cómo el PP ya se entregó en bandeja a Pujol y Arzallus. Lo demás ha venido por añadidura. Pero lo cierto es que en Andalucía se está recuperando la bandera de San Fernando y desde la Reconquista y formación de los “reynos del Andaluzia” hasta la Toma de Granada, los patriotas del sur, en unión con nuestros hermanos del resto de España, tenemos mucho que decir y que hacer.

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