«Es de justicia traer a casa a los españoles expulsados en Cuba y Puerto Rico»

“Cubanos y puertorriqueños nunca dejaron de ser españoles”. Entrevista a Maikel Arista-Salado POR WILLIAM NAVARRETE. ESPECIAL EL NUEVO HERALD 18 DE DICIEMBRE DE 2023

Maikel Arista-Salado nació en La Habana, barrio del Vedado, en 1986. Salió de Cuba en 2008, antes de recibirse como abogado, y desde su salida ha vivido en Miami, España y desde hace dos años en Chicago. Es asistente de abogados y una de sus grandes pasiones es la Heráldica. Posee una colección de más grande de 1,000 medallas cubanas que ilustra la historia de la Isla durante los últimos tres siglos.

En 2022, Arista-Salado asumió la presidencia de la asociación sin fines de lucro Autonomía Concertada para Cuba, fundada en París en 2012 por el profesor Fernando Núñez. Fue éste el punto de partida de su combate de hoy: el reconocimiento por el Estado español de la nulidad del artículo IX del Tratado de París del 10 de diciembre de 1898 que obligó a España a despojar de la ciudadanía española a toda la población cubana y puertorriqueña.

¿Cómo surge tu interés por este tema y qué precedentes existían?

El primero en trabajar este tema fue el cubanoamericano, residente y fallecido en Miami, José Ramón Morales quien comenzó a principios de este siglo y con mínimos recursos con un blog que se llamaba “Cuba Española”. José Ramón tenía la certeza que los cubanos habían sido despojados arbitrariamente de la ciudadanía española por un artículo introducido por Estados Unidos en el Tratado de París que puso fin a la guerra cubano-hispana-norteamericana. Por eso, estamos creando un Premio a la Hispanidad que llevará su nombre por haber sido pionero en este tema

Luego, desde París, otro cubano, Fernando Núñez, retomó el tema y realizó una investigación minuciosa de la compleja situación política de Cuba a finales del siglo XIX. Es esto lo que ha precedido a mi interés por estas cuestiones y la razón por la que he asumido la continuidad del trabajo precedente, esta vez desde el ámbito del Derecho, tratando de llevar a los tribunales españoles el tema de la ilegalidad del Tratado mencionado.

¿En qué se fundamenta tu petición?

El artículo IX del Tratado de París obligó a España a decretar la desnaturalización masiva y forzosa de sus propios ciudadanos de Cuba y Puerto Rico, todos españoles originales por mandato constitucional. Primero, porque la mayor parte de la población no quería la independencia, contrariamente a dicen los mitos fundacionales de la República cubana (1902). Segundo por la necesidad de que el Estado cubano naciese con ciudadanos “nuevos”. Pero lo cierto es que ningún Estado tiene la capacidad jurídica para traficar con la ciudadanía de sus habitantes mediante un tratado con un tercer país y, en este caso, con Estados Unidos, tal y como sucedió en 1898 en París.

¿Qué estatus tenían Cuba y Puerto Rico entonces antes de 1898?

Ambos eran territorios españoles, cuya soberanía española se basaba en el Derecho castellano, fundamentado por tres institutos jurídicos articulados: hallazgo y conquista, donación pontificia y, por último, tratados con la potencia rival (en este caso Portugal). Y en virtud de ese Derecho castellano y común europeo, estos territorios fueron incorporados a la Corona de Castilla, algo que colocaba a los nativos de las islas de Cuba y Puerto Rico y a sus descendientes como súbditos del Rey de España. ¡Cuba y Puerto Rico nunca fueron colonias!

¿Y qué sucede con la instauración de la República cubana?

El Tratado de París es un acuerdo vinculante entre Estados Unidos y España. El Estado cubano es inconsecuente para el tratado. Es más, a ojos del tratado, no existen ni cubanos ni puertorriqueños, sino súbditos españoles nacidos y residentes en los territorios cedidos o renunciados. No obstante, la Constitución de 1902 impone la naturalización masiva y forzosa de toda esa masa apátrida de españoles desnaturalizados.

¿Cómo ha sido el proceso legal que han emprendido ante los Tribunales y hasta dónde pretenden llegar?

La única manera legal de pleitear este contencioso era haciendo una petición que realicé, inicialmente presentándola en el Consulado español en Miami. Esperé tres meses hasta que recibí la negativa del ministro de Relaciones Exteriores español que argumentaba que el Tratado de 1898 no permitía este tipo de denuncia, ignorando, por supuesto, que el famoso artículo IX era y es inconstitucional. Esto nos dio la posibilidad de recurrir su negativa, de modo que la petición ha salido del control político estatal para recaer en el control judicial.

Es la primera vez, en 125 años, que se recurre este Tratado. La demanda ha sido llevada por nuestro abogado, Enmanuel Oliva Díaz, a la Audiencia Nacional, sala de lo Contencioso, Sección 4ª, desde el pasado 20 de octubre de 2023. El Tribunal ha requerido a la parte actora, es decir, al demandante, que presente en 20 días el escrito de demanda. Uno de los resultados de este caso es que, inexorablemente, habrá un pronunciamiento del Estado español acerca de la validez de este artículo.

Por supuesto, en caso de negativa, elevaremos la petición al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo que es muy puntilloso con el cumplimiento de la legalidad. El hecho de que tengamos a ese tribunal implica un peso más que obligará al Tribunal Constitucional al más estricto cumplimiento de la legalidad vigente. La declaración de nulidad del art. IX sería un logro sin precedente en la historia de España. Es de justicia traer a casa a los españoles expulsados en Cuba y Puerto Rico, que tienen los mismos derechos que aquellos descendientes de los sefardíes expulsados de la Península desde 1492 y admitidos ahora como ciudadanos después de cinco siglos.

William Navarrete es escritor establecido en París.

Salir de la versión móvil