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Don´t tread on me!

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DON´T TREAD ON ME!

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Hay un lugar lejano en el que la fuerza del dinero de tipos como Soros o Bloomberg, que ahora quiere ser presidente de los EEUU, está haciendo un pequeño test en vivo, para saber si es posible doblegar a los más tercos de los ciudadanos aún libres del mundo Occidental, los «redneck» del «Old South» de los EEUU, pues si lo logran, sabrán que sus proyectos no encontrarán ya obstáculos. El lugar elegido es el estado de Virginia, la patria del general Lee, y el estado de Richmond, la antigua capital de los CSA (los Estados Confederados de América).

El objetivo, comprobar «en vivo» el poder de los amos del mundo, probar la resistencia de la ciudadania a las normas implacables de los globalizadores, y tantear la fuerza de las asociaciones cívicas y de defensa de los derechos constitucionales. En suma, una campo de pruebas perfecto. Y el asunto elegido, el más complicado imaginable: restringir por la fuerza el uso de armas a la población civil, así que el estado de Virginia ha iniciado los trámites para confiscar los rifles semiautomáticos con cargadores extraibles tipo AR-15 o similares.

El asunto tiene su miga, porque está a punto de llevar a los EEUU a un conflicto civil de consecuencias inesperadas…

Todo empezó cuando en Virginia ganó las elecciones un gobernador anti armas, pero no logrando mayoría en el Senado. El resultado fue una limitación del poder del gobernador, pero en noviembre durante las últimas elecciones, Bloomberg y Soros y sus grupos económicos invirtieron millones de dólares en apoyo del gobernador, especialmente en las zonas urbanas que concentran la mayor parte de la población, aunque es una parte mínima del territorio. El resultado fue la victoria del gobernador, Ralph Shearer Northam, un político, que es médico de profesión, y además militar veterano del Ejército de los Estados Unidos.

Con este resultado el gobernador propuso leyes de confiscación de todas las armas estilo AR-15, limitación de los cargadores, prohibición de entrenar con armas, extendiéndose la limitación incluso a las artes marciales que puedan implicar el uso de un arma o incluso el desarme de una persona armada (es decir prohibición de aprender a defenderse de una agresión), lo que incluye practicamente la prohibición de todo.

Para oponerse, las zonas rurales amparadas en la Constitución, y en el sistema legal americano, donde las leyes locales pueden tener más peso que las estatales o las federales siempre que queden dentro de la Constitución, lo que no es el caso, 76 de los 95 condados de Virginia se han declarado «Santuarios de la Segunda Enmienda», negándose a cumplir cualquier ley contra la misma.

Hace unas semanas, el gobernador amenazó con usar a la Guardia Nacional para hacer cumplir las leyes de confiscación (algo que legalmente no puede hacer) y volvió amenazar a la ciudadanía diciendo que una vez cumplido el plazo voluntario de entrega tener un arma prohibida sería un delito, pero a diferencia de lo que sucedió en los años sesenta del siglo pasado, cuando las Guardia Nacional y la policía cumplieron sin dudar las leyes anti discriminación racial, a pesar de la oposición de la mayoría blanca (pues es lo que marcaba la Constitución y la ley), en este caso, los departamentos de policía se pusieron del lado de los ciudadanos, anunciando que se iban a negar a cumplir cualquier orden de confiscación por ser ilegal, a lo que el gobernador respondió con una ley que hace que cualquier agente que no cumpla una norma estatal sea automáticamente despedido.

La situación es gravísima. En 2018, Virginia tenía 3 milicias armadas formadas por ciudadanos reconocidas legalmente con un total de 800 miembros. Ahora la cifra ha subido a 236 milicias con unos 30 000 miembros armados hasta los dientes.

De esto leerán poco en la prensa europea, y nada en la española, pero lo que ocurra será extremadamente interesante para el futuro de la Libertad en el mundo (lo de las armas es secundario), pues en algunos sitios las restricciones son muy altas y no pasa nada, lo interesante aquí, es que se busca vulnerar una norma constitucional aprovechando una mayoría electoral… (no sé si les suena).

Veremos que ocurre, de momento ya ondean de nuevo en Virginia, la tierra de George Washington, las banderas de Gadsen.

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