Directivos y asociados de la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera, encabezados por el historiador y responsable de Relaciones Públicas, Mario Luis López Isla, recordaron el pasado 9 de septiembre el centenario del naufragio del vapor “Valbanera”, tragedia en la que perecieron cerca de medio millar de jóvenes emigrantes naturales de los municipios grancanarios de Arucas, San Mateo, Valleseco, Vallesequillo, Telde, Teror, Santa Brígida y la Isla de Lanzarote, quienes tenían como destino el puerto de La Habana.
Ante la placa situada cerca del malecón habanero por iniciativa del Gobierno canario en el 95º aniversario del triste acontecimiento (2014), integrantes del Grupo “Renacer” de la Casa Canaria de Cuba depositaron una ofrenda floral, estando las palabras centrales de la conmemoración a cargo del directivo e historiador López Isla.
El naufragio del “Valbanera” está considerado como “la mayor catástrofe naval en tiempos de paz para España” y “la mayor tragedia marítima ocurrida en aguas cercanas a Cuba”, en el evento se empleó por primera vez en Cuba la radiotelegrafía para enviar un aviso de ciclón tropical en tiempo real. El potente huracán, con vientos estimados en 240km/h, atrapó con su furia al trasatlántico español en aguas al norte del occidente cubano, entre las provincias de Matanzas y La Habana.
El Titanic de la emigración canaria
El “Valbanera” cubrió durante años la línea regular España-Cuba, siendo propiedad de la Compañía Pinillos, Izquierdo y Cía., empresa gaditana que a principios del siglo XX trasladó a miles de emigrantes españoles a América. Al mando del capitán Ramón Martín Cordero, el trasatlántico zarpó de Canarias el 21 de agosto de 1919 rumbo a América con 1.142 pasajeros y 88 tripulantes. Hizo una breve escala en Puerto Rico, arribando el 5 de septiembre a Santiago de Cuba. Aunque la mayoría de los pasajeros tenía como destino La Habana, 742 desembarcaron en Santiago, lo que salvó sus vidas.
Durante su viaje hacia La Habana y Nueva Orleans, el “Valbanera” bordeó la costa Norte de Cuba, percatándose al llegar al canal Viejo de Bahamas de las primeras manifestaciones de aquel ciclón tropical que comenzaba a experimentar un rápido proceso de intensificación.
El día 9 de septiembre, a la altura de Matanzas, un correo inglés lo adelantó siendo el último barco que entró a la bahía habanera esa tarde. La nave española, que era mucho más lenta, llegó frente a La Habana bajo los azotes del huracán. El capitán solicitó la entrada, pero ya estaban cerradas las operaciones a causa del mal tiempo y no podía salir el práctico.
A las 7:50 am de ese día el capitán Ramón Martín envió un mensaje al padre Lorenzo Gangoiti, director del Observatorio Meteorológico del Colegio de Belén en La Habana: “Al Norte de Matanzas, con viento duro del noroeste, diga que hay de la perturbación” A lo que se le respondió: “Ciclón Norte Sagua. Gran intensidad. Rumbo Oeste-Noroeste.” Nunca hubo repuesta a este mensaje. El “Valbanera” naufragó en aguas del Estrecho de La Florida, pereciendo 488 personas entre pasajeros y tripulantes. Sus restos fueron localizados el 19 de septiembre por un cazasubmarino de la Marina de EEUU en los Bajos de la Media Luna, a 40 millas al oeste de Cayo Hueso y a unas 100 del puerto de La Habana.
El centenario del naufragio del “Valbanera” se conmemorará en Canarias con la exposición “Valbanera, 100 años en la memoria” que se podrá visitar en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología hasta el 18 de enero próximo. En la muestra se hace un recorrido por el último viaje del navío con documentos y materiales hasta ahora inéditos y refleja las historias de la tripulación, los emigrantes y los polizones que iban a bordo.