-Por Edgard Simón Rodríguez (abogado y activista venezolano)
Quim Torra, presidente de la Generalidad de Cataluña, en su pugna con el Arzobispo de Barcelona, ha afirmado que él es católico pero que sus referentes son los teólogos de la liberación. Lamentable que muestre públicamente su ignorancia sobre la Doctrina. En efecto, afirmó: «Mis referentes son Ernesto Cardenal y Casaldàliga. Para mí la Iglesia es la que trabaja para los pobres, los vulnerables y los que están presos». Al respecto, es oportuno remitir al señor Torra a la lectura de los siguientes documentos de la Iglesia: «Libertatis Nuntius» y «Libertatis Conscientia» de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. En conocimiento de estos documentos ha de entender el señor Torra que no se puede ser católico a espaldas del magisterio eclesial. Será cristiano de otra clase, en todo caso.
Ciertamente, enseña el Magisterio de la Iglesia Católica, que la Teología de la Liberación al momento de asumir métodos de análisis históricos y sociales de carácter marxista, necesariamente colide con el propio evangelio y la naturaleza escatológica de la misión de Cristo.
La Teología de la Liberación minimiza la trascendencia de la misión evangelizadora de Cristo y cercena la posibilidad profunda de redención total del hombre, que no se limita a la liberación de las estructuras materiales de su existencia, sino que implica el orden espiritual.
Entre las contradicciones intrínsecas de la Teología de la Liberación: Se basa en una Ideología (no Filosofía), como lo es el materialismo dialéctico, donde se divide en clases a la Humanidad de forma reduccionista, llevando a una exclusión paradójicamente también clasista.
Se despoja a Cristo de su Divinidad tácitamente, conviniendo en darle relevancia y connotación únicamente histórica, y no salvífica, no sólo a su mensaje, sino a su propia aparición en la historia. Refiriéndose a él sólo como un líder social y no como salvador de almas.
Sin dejar a un lado la primera de todas las contradicciones: que el Marxismo, ideología en la que se basa la Teología de la Liberación, es un sistema necesariamente ateo, pues sus dogmas son antagónicos a la posibilidad de un Dios. Es un sistema heterónomo cerrado.
Y sí, la Iglesia Católica en efecto trabaja para los pobres, los vulnerables y los que están presos. Esos pobres que produce el socialismo y el comunismo. Esos vulnerables que ven violados sus libertades individuales. Y por último: La Iglesia si trabaja por los presos, como sucede en Venezuela. Abogando por su libertad. Presos políticos del Régimen socialista. Esperemos que no tenga que trabajar en lo mismo en España, por culpa de simpatizantes como usted, de la Teología de la Liberación.