Pomada cubana para el socialista Pedro Sánchez

Ha sido uno de los grandes problemas a la hora de cerrar las fechas del viaje del “socio a lista” del capitalismo Pedro Sánchez, para encontrar una pomada efectiva contra el sarpullido que, con toda seguridad, excepto en los genitales, le va a salir al Presidente de un país que habla con un acento raro la lengua cubana, y que si tiene carreteras por fuera de aquellos tortuosos caminos reales trazados a inteligencia de los borriquillos, se debe al azúcar y al cobre cubano.
Menos mal que un asesor del departamentos de equipajes y bragueros presidencias (82.000€ limpios anuales) después de varios intentos ha encontrado un ungüento, una pomada, que la fabrica una comadre de Guanabacoa, que es en extremo efectiva para los sarpullidos, que se esperan que sin falta le salgan al dirigente social- a lista capitalista español, cuando visite la isla de Cuba y le indiquen que no ha movido un solo dedo, ni él ni los de su cuerda, en quitar, a cojones, de ahí que no preocupa lo de la pomada para los genitales, un embargo económico hecho y aplaudido por gente que sabe que los embargos solo tienen efecto en los más débiles; pero no consiguen nada.
Hubo un tiempo, cuando parecía que las gentes caminábamos por una senda mucho más esperanzadora que la de ahora, unos treinta años atrás, que creo recordar que fue cuando el dirigente Felipe González visitó la isla que fue la madre económica nuestra, Cuba, que, a pesar de las putadas que constantemente le hemos gastado y le seguimos gastando, fue un explosión de alegría aquel encuentro en las calles y gentes cubanas.
Un servidor, gracias a la presencia del dirigente político español, se favoreció de tal visita, porque puro en ristre (allí en nuestra madre patria económica que estrujamos, se dice cigarro), previo pago de la entrada (abstenerse comemieldas que ya pensabais que iba a entrar por la cara), al “caapeta” que lleva los acomodos en las mesas, le dije que servidor pertenecía al séquito de don Felipe González. Y sin más, me colocó en una de las primericas mesas que hay junto al escenario del famoso cabaret nocturno cubano Tropicana.
En verdad que tal lugar preferencial acojona un disparate, porque el evolucionar de aquellas esculturales mujeres, y sus gracejos con las personas, hacen que te sientas muy ninguneado en tu condición de soseras español.
Pero, volviendo a la pomada para la próxima visita; me figuro que previamente el señor presidente del gobierno de España le habrá pedido permiso a los EE.UU para que lo dejen ir a visitar aquella tierra, y le habrán trazado las líneas de lo que tiene o puede decir. Porque Europa, España, son soberanos sin romper, entéricos, a la órdenes y caprichos de los demócratas gringos.
Cuando uno relee aquellas obras, aquellas joyas literarias de una juventud que venían casi de contrabando a una España llena de curas, aspirantes a imitarlos, y franquistas al descubierto, y uno, por citar un río viajaba por el venezolano Yuruari, o por el cubano Cauto, no estaba viendo sino nuestra España rural de carreteros, jornaleros y gente y costumbres de una comunión de gentes de todos los colores posibles en la piel, unidos por la una lengua española que pese al desprecio institucional, va, para desgracia de muchos, a más.
Y del mismo modo que la lengua va a más, por desgracia va a mucho menos la dignidad y ética de los valientes políticos españoles, europeos y gringos, que desconozco con qué talante se presentan en Cuba, sabiendo que su verborrea, su obediencia a la multinacional, en el caso de Cuba y en todos los casos, los embargos económicos solo sirven para favorecer en lo económico a un puñado de pillos aprovechados; pero nunca han solucionado en positivo nada, salvo el dicho balance positivo económico de unos pocos.
Pero tranquilo señor presidente: En primer lugar en Cuba se fabrica una buena pomada para el sarpullido, y en segundo lugar, lo que usted diga o deje de decir, se puede ver ya de antemano en google.
Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.

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