Es un nuevo referente. Es el referente de un país, México, que más que patio de los EE.UU se había convertido en el gran suministrador de cadáveres para la tierra estadounidense de gente mexicana; de esa a la que tanto le debemos los españoles, por citar un país ubicado en esta orilla de la mar.
España, y mucho de Europa; pero España en concreto, estamos hipotecados por una mayoría dominadora de prensa fi-fi, que no descansa desde ningún soporte moderno y tradicional, para informar de las grandezas que conlleva la corrupción; de los simpáticos, dulces, amables, justos y generosos que son las políticas neoliberales que después de la gran guerra mundial, han florecido con extrema fuerza a la sombra de las religiones como si fuera el peor de los caballos apocalípticos conocidos.
Tanto en México como en España, como en el resto de los países conquistados por la prensa fi-fi, cualquier intento de corregir la corrupción, en el dicho de la citada prensa fi-fi, las vírgenes de los respectivos lugares les entran una llanteras tremendas, porque lo que si queda muy claro es el hecho que hay estamentos y partidos políticos con políticas que sin fi-fi y la corrupción que representa, no son nada.
El milagro gringo, una vez utilizado uno de tres grandes principios del neoliberalismo: te robo, te robo y si no te mato, está basado en la necesidad de que la gente, la manada pastando que constituimos las gentes, estemos totalmente convencidos que como el pasto en el que nos dejan pastar, no existe otro en el mundo. Y para eso está la sombra de la cruz y la prensa fi-fi como grandes cómplices ante la gran necesidad informativa; que si falla, siempre quedará el tiro en la nuca.
Viniendo, probablemente, del montón de máxima basura de corruptela de toda la América Morena o Tostada, México, de la mano del nuevo libertador, del nuevo guerrillero de la nueva revolución el invicto Andrés Manuel López Obrador, está dando un ejemplo del mejor gobierno y del mejor modo de volver a darle dignidad a la gente mexicana. Y de paso que la van cogiendo ellos, la vamos cogiendo todos los demás, salvo los que tan solo son felices viviendo en el lodazal de la corrupción llevada a extremos increíbles cuando se ve aunque tan solo sea una punta de ella.
El antiguo rey de Francia Francisco I, ante las informaciones de la prensa fi-fi de su época, exigió al clero vaticano que le mostrara le clausula testamentaria del padre Adán, en la cual se decía que un papa, y encima español, Alejandro VI, entregaba a España y en segundo lugar a Portugal la propiedad de todas las tierras que iban surgiendo en el conocido como Nuevo Mundo.
López Obrador, uno de los grandes hombres de los que de vez en cuando nos regala ese Nuevo Mundo, a su modo y a la manera de su propia e integra grandeza, le está señalando continuamente, ante el llanto de vírgenes y de la prensa fi-fi, que los “barbaros del norte” “los rubios incultos del norte” les muestre el documento de propiedad mediante el cual todo el continente de Las Indias es propiedad privada de ellos y pueden hacer lo que quieran con él, sus gentes y su contenido.
En España, hasta lo barandales inundados por la prensa fi-fi más servil y letal, nada se habla del gran estadista mexicano López Obrador, y, por el contrario, no hay hora ni día en la que no se glose el gran acierto que ha sido para la humanidad que un ignorante de la talla de ignorancia y brutalidad del pelele que el neoliberalismo ha puesto a la cabeza para que los defina y defienda, el tal Trump de EE.UU, haciendo efectiva una de las grandes tragedias planetarias que estamos viviendo y viendo.
Algo tiene que tener aquella tierra mexica, que para cuando el resto del mundo, con excepción de Córdoba en España, estaba la humanidad con los mocos colgando, tiritando de frío en las parameras, la capital México-Tenochtitlan, para 1.430, estaba ya habitada por más de quinientos mil vecinos.
Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.
SURAMERICANA
Cuando te miré
y vi tu perfil,
tu nariz:
roca de los Andes desnuda
en primavera,
y de Chile serían
tus labios:
dos cerezas.
Y tu estabas aquí,
acá,
respirando inquieta
un aire redondo,
anaranjado,
acido,
que no es universal,
ni de todos.
Pero si en la mitad es tuyo,
como dijiste,
será la misma mitad
que yo extraño,
la que busco
y no encuentro,
ni en tu mano
ni en mi mano,
mujer
que vienes de un mundo
del otro lado del mar,
si realmente hay un mar,
y otro mundo
y un océano.
Yo, que soy de acá,
para que respires quieta,
feliz,
te daré cuanto tenga tuyo
a mano,
si realmente yo he sido
el que ha robado.