Cada año 200 personas de origen gallego solicitan la fe de bautismo de sus abuelos al arzobispado de Mondoñedo-Ferrol, anticipando la hora en que se apruebe la nueva Ley de Memoria Histórica, prevista en breve.
Cerca de 200 personas de Hispanoamérica, en su mayoría de Cuba, solicitan cada año al Obispado Mondoñedo-Ferrol partidas de bautismo de padres o abuelos nacidos en algún municipio de la diócesis. Se trata de descendientes de mariñanos emigrados a finales del siglo XIX o principios del XX que demandan certificados para poder obtener la nacionalidad española. En buena parte de los casos, su objetivo es poder optar a «algunha pequena axuda da emigración» concedida por las administraciones gallega o española, puesto que la mayoría sobrevive con problemas económicos, como explica el director del Arquivo Diocesano, Félix Villares. Él es uno de los encargados de buscar las partidas de bautismo solicitadas y responder a las cartas que llegan a la diócesis. Entre octubre del 2016 y octubre del 2017 envió 198 partidas de nacimiento. Los doce meses anteriores la cifra fue similar.
«Chegan peticións de toda Hispanoamérica, pero a partida máis grande con diferenza vai para Cuba. Tamén chega algo de Arxentina, e de cubanos que agora están en Estados Unidos», señala el sacerdote. Y añade: «Tamén piden algunha de Uruguay, e algunha de Venezuela e México, pero moi poucas». Cuando reciben la documentación, los descendientes de emigrantes se desplazan a consulados o a embajadas para continuar con los trámites para lograr la ciudadanía española.
La «terriña»
Dicen que la morriña ata al emigrante con su tierra. Y debe ser cierto. La «terriña» va grabada a fuego en el corazón de quienes hacen las maletas y se van buscando un futuro más próspero. Es curioso que décadas después, los descendientes sigan mostrando interés en buscar lazos que los aten con la tierra de sus antepasados. Puede que haya una motivación económica, pero es probable que también sea de sentimiento, de origen.
El récord lo tiene un emigrante de Cabanas del que pidieron 27 partidas de nacimiento
Félix Villares relata un caso «moi curioso» de un hombre nacido en Cabanas. «Non recordo se nacera en San Pantaleón [Ourol] o Santa María [O Vicedo]», dice. Emigró a Cuba a finales del siglo XIX o principios del XX, y hace unos años, sus descendientes solicitaron al Obispado Mondoñedo-Ferrol «27 ou 28» partidas de nacimiento. «Nas cartas explican que tivo moitos fillos e logo moitos netos, porque o normal é que che pidan tres, catro, cinco ou seis partidas, non tantas», comenta el sacerdote.
Con «y» o con «i»
Los cambios en la grafía son otro foco de dificultades. Aparecen problemas con apellidos como Iglesias o nombres como Isabel, que ahora se escriben con «i», pero en el siglo XIX llevaban «y». «E xa temos o problema porque eu teño que transcribir o que pon na partida tal cal», comenta Villares, que se puso en contacto con Emigración para tratar de solucionar ese tipo de enredos burocráticos.