Liturgia catalana ¿Por qué no?

Cada día van surgiendo en España voces y sentimientos cargados de buena voluntad que claman por racionalizar el asunto del separatismo catalán

Pocas liturgias son tan eficaces como la liturgia nacionalista. Todas las liturgias han sufrido profundos cambios a lo largo de la historia. En la Edad Media, la liturgia de la Misa se hizo tan repetitiva y cansina que provocó el abandono de los fieles. Hecho que se repitió a partir de los años 60 del pasado siglo y que llevó a ensayar misas más participativas. Lo mismo ocurre en los partidos.


Pero el nacionalismo catalán no sólo se ha hecho fuerte porque es enormemente participativo, sino porque se ha dotado de las características que han hecho grande el arte, el fútbol, los grandes movimientos sociales y políticos: Capacidades para unir lo sobrehumano con lo sobrenatural.


Lo sobrehumano en el catalanismo nace de esa doctrina de superioridad respecto a lengua, cultura, costumbres, etc.; su creencia sobrenatural en el proyecto deriva de un sentimiento casi religioso. Han sido capaces de subjetivar los sentimientos fundiendo lo individual con lo colectivo, de manera que pocas creencias son tan místicas en la actualidad como el nacionalismo catalán.


Ante casos como este de levitación no valen los razonamientos. Hacer lo legal es lo que procede, pero esto aumentará la superstición. Lo inteligente sería darles la oportunidad de comprobar la realidad que buscan durante un tiempo con la condición de volver al redil si les va mal, que es lo más seguro, y esperar que el fracaso hiciera surgir desde el catalanismo a sus propios reformadores, como ha ocurrido en la Iglesia y en los partidos, y que sean ellos los que vuelvan a su lugar el cuerpo levitado.

Partido Ibérico.

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