Es lo que se desprende de un informe independiente, impulsado por la fundación Melinda Gates, que sitúa dos países hispanoaméricanos, una colonia y una economía ‘liberal’, muy por encima de la cubana.
- Por su parte, España ocupa uno de los diez primeros lugares de ese ranking mundial que evalúa la atención y el acceso a la sanidad a nivel mundial publicado hoy por la revista «The Lancet».
Puerto Rico, con 77 puntos sobre 100, Chile (76 puntos) y Cuba (74 puntos) son los países latinoamericanos mejor situados en un ránking que evalúa la atención y el acceso a la sanidad a nivel mundial publicado hoy por la revista «The Lancet».
La primera edición del informe «Impacto Global de la Enfermedad», que estudia los ratios de mortalidad para 32 enfermedades entre 1990 y 2015, puntúa a Costa Rica con 73 enteros, a Uruguay con 72, mientras que Colombia y Argentina obtienen ambos 68 y México 63.
Entre los que obtienen una puntuación más baja en la región se encuentran Haití (38 puntos), Honduras (54) y Guatemala (56).
El informe, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, resalta que a pesar de las mejoras en los tratamientos médicos que se han producido en las últimas décadas, las diferencias entre países respecto al cuidado que reciben sus ciudadanos no han dejado de ampliarse.
En lo más alto del ránking se sitúan Andorra (95 puntos), Islandia (94 puntos) y Suiza (92), mientras que España obtiene (90 puntos), si bien algunas de las economías más desarrolladas del mundo arrojan puntuaciones bajas en algunos aspectos.
Estados Unidos suma en total 81 enteros, los mismos que Estonia y Montenegro, mientras que Islandia (94 en global) puntúa tan solo 63 enteros en el cuidado del linfoma de Hodgkin, Noruega (90) obtiene 65 puntos para el cáncer testicular y Australia (90), 52 puntos en cáncer de piel sin melanoma.
«Tener una economía fuerte no garantiza un buen cuidado de la salud, y contar una gran tecnología médica tampoco», señaló el autor principal del estudio, Christopher Murray, director del Instituto para la Medición y Evaluación Sanitaria (IHME, en inglés), en Estados Unidos.
«En general, estos resultados son una señal de alarma que indica que el amplio acceso y la calidad a los sistemas sanitarios no son un producto inevitable del desarrollo económico», señaló Murray.