Desde Gaspar, en el municipio avileño de Baraguá, justo en calle C, No. 17, nos transmite Rodolfo Barrocal Fraga su indignación con Correos de Cuba por el estado en que recibió diez bultos postales enviados desde España el 12 de noviembre de 2018.
El pasado 17 de enero, luego de más de un mes en Cuba —porque los estuvo rastreando y le dijeron que entraron al país el 12 de diciembre—, él recibió una llamada del correo de su municipio, pues habían arribado los paquetes. La decepción fue cuando la gestora le informó que estaban todos ripiados. Y traían una carta, firmada por directivos de Correos a nivel provincial:
«En ocasión de los días feriados la Gerencia de Cambio Internacional procesó gran cantidad de envíos postales, que trajo consigo tener que agrupar en exceso bultos en pequeños departamentos, incluyendo el baño de hombres. Y precisamente en este último se encontraban más de 50. Todo indica… que por la taza entró una rata, siendo afectados sus bultos postales por dicho roedor».
Rodolfo señala que «mi molestia fue aún mayor al recibir los cinco primeros bultos abiertos y todos ripiados y mordisqueados por el supuesto roedor, el abandono y descuido, o la mano inescrupulosa de algún individuo».
Y le cobraron los envíos al mismo precio. Al reclamar, le dieron un número de teléfono para plantear su queja. Al hacerlo, solo recibió evasivas muestras de indolencia.
«¿Cómo son capaces de almacenar en un baño estos envíos, sin saber si contienen medicinas o alimentos? ¿Por qué los clientes no recibimos los bultos con la misma calidad con que se envían, y lo caro que cuestan esos envíos desde el exterior, y lo difícil que les resultan a los que residen allá gastar ese dinero de enviarlos? ¿Por qué tanta demora en la recepción y llegada de esos bultos a los clientes?», pregunta Rodolfo.
Y ansía que «puedan darme respuesta algún día a mi insatisfacción… Y que no sea la justificación ante lo mal hecho…».
fuente: Juventud Rebelde