«… de escritores. Al hacer memoria, las obras emergen sin orden ni concierto: Ulises vuelve a Ítaca, Marcel Proust se instala en el ayer, Scrooge visita los lugares de su infancia, Amélie Nothomb regresa a su Kobe natal, Pedro Páramo narra su pasado en Comala…
El comienzo de una de las novelas más leídas del siglo pasado es también una regresión: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. Gabriel García Márquez presentó el destino del patriarca de Macondo con una mirada a su infancia. Todo ‘Cien años de soledad’ estaba en su cabeza y, mientras escribía la novela en los años 60, acostumbraba a reunirse con sus amigos por las noches para contarles lo que había creado de día. Entre ellos, una mujer estaba especialmente fascinada por los cuentos del escritor colombiano. ‘Gabo’ se dio cuenta, y le…»
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