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La confusión en torno al folclore en Andalucía

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*Imagen: Cuadro de Joaquín Domínguez Bécquer

Como hijo de la Andalucía profunda, y más concretamente de la Sevilla rural; puedo decir que con respecto a conceptos como «folclore» o «trajes típicos/regionales», hay tanta confusión en especial desde los tiempos del romanticismo que es muy difícil separar la paja del trigo; empero, hagamos algún intento; porque a juzgar por los tipos andaluces (y más específicamente, por los tipos sevillanos) que pintó el padre de los Bécquer en el siglo XIX, es idéntico a los trajes que pululan por La Mancha, como lo es el de chirri y de pastira considerados típicos de Jaén. En el caso femenino, el llamado traje de flamenca o de gitana se asemeja más al al que usaban, por ejemplo, las cigarreras; siendo que con el tiempo, se ha perdido el uso del mantón de Manila, tan típico durante buena parte del XX (yo mismo conservo alguna foto de mi abuela paterna, sin usar ese traje, pero con mantón).

Asimismo, el sombrero típico sevillano no era el que hoy en día se dice como sombrero cordobés, sino de una copa mucho más voluminosa; y ahora que caigo, en casa siempre he tenido uno de los retratos de mi bisabuelo donde aparece justamente con ese sombrero. Lo curioso es que no sé en qué punto del siglo XX se «uniformiza» el traje del mayoral, que tanto inmortalizó el poeta Fernando Villalón, y en verdad presente desde el suroeste a la Sierra Morena. El «tipo popular», tan parecido al majo o a los adeptos de la música bolera aún presente en La Mancha, y que inmortalizara Joaquín Domínguez Bécquer fue desapareciendo para dejar paso a un tipo más campero en lo masculino, y más concreto/menesteroso en lo femenino. Claro que con el advenimiento del turismo masivo-basura, todo esto se apunta como una suerte de «estilo milenario» y se inventa/añade el estilo «lolailo»; cuya base musical, esto es, la rumba; lejos de ser un «estilo puro gitano», no es sino una adaptación de música cubana. Y de todas formas, eso de que el flamenco es una «música pura milenaria árabe/gitana -como si una cosa y la otra fueran lo mismo…» ya no se sostiene por ningún lado (1).


En resumidas cuentas: Cuando desde otros puntos de Andalucía se nos acusa a los sevillanos de «imposición», la realidad es que poco hemos impuesto por no decir nada; porque aquí, y encima en nombre del «folclorismo» (y la «pureza»…), el que más y el que menos ha sufrido una desfiguración por motivos externos, no tanto por evoluciones naturales, sino para «agradar» a quien viene supuestamente a dejar propinas. Puede parecer esto especialmente quisquilloso, y más en la época tan jodida en la que nos hallamos, pero nunca está de más puntualizar determinadas cosas, máxime ante la alienación que sufre toda nuestra patria.

NOTA:

(1) Sobre los mitos del flamenco hemos escrito largo y tendido. Recordamos algunos enlaces al respecto:

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