-Por Mar Mounier
La gente indignada que está DEFENDIENDO su voto de manera legítima, pacífica, con una cultura cívica impresionante (me cuentan que hasta limpian las calles antes de irse pensando en las trabajadoras de limpieza, algo que los progres no hacen NI POR CASUALIDAD) está recibiendo una ANDANADA de críticas de parte de “políticamente correctos” cuando les conviene.
Estoy MUY DE ACUERDO con la indignación popular… naturalmente esta tiene límites. Explicaré el porqué y sugiero leer hasta el final.
1-. Un funcionario PÚBLICO está sujeto al ESCRUTINIO y a la CRÍTICA pública cuando la gente comprensiblemente se siente indignada, impotente y frustrada en un país en donde se ha comprobado que la IMPUNIDAD se pasea como Pedro en su casa. Han salido CIENTOS DE MILES DE DENUNCIAS ¿y qué hacen las autoridades? MINIMIZAR, MENOSPRECIAR e ignorar en vez de hacer su trabajo E INVESTIGAR A FONDO LAS DENUNCIAS. Para eso son solventados de las arcas fiscales que engordamos TODOS los peruanos. Si hicieran su trabajo como DEBERÍAN, nadie saldría a protestar.
2-. Si un funcionario público no está dispuesto a ese escrutinio y crítica cuando su trabajo deja mucho que desear, debe irse a trabajar al sector privado. La moral COLECTIVA es legítima. La indignación pacífica, también. No seré yo quien critique a alguien por expresar su descontento mientras sea de manera RESPETUOSA como han demostrado en marchas y plantones, los miles de manifestantes.
3-. La progresía NO TIENE AUTORIDAD MORAL para quejarse. Cuando sale a marchar, le puede lanzar un cono a un adulto mayor, patear a otro en el suelo en turba o reventarle la nariz a otro adulto mayor “en nombre de la indignación”. ¿Y qué ve uno en las redes? ¡BURLAS! Miserables disfrutando de actos tan ruines y viles. Y nosotros “no debemos ser como ellos”. De acuerdo. No se agrede, NO SE PEGA, no se violenta a nadie. Pero si alguien estima que un funcionario público merece el REPUDIO SOCIAL a voz de cuello, no seré yo, habiendo visto cómo se comporta la otra parte, en criticarlo.
4-. ¿Si la gente fastidiada hace un plantón afuera de la casa de un funcionario público para demostrar su indignación? Personalmente no lo haría, pero mientras esta sea pacífica, NO voy a criticarlo. Para CRÍTICAS tenemos al enemigo.
4-. Regresando al punto “en este país la impunidad (los bienquedados pueden llamarlo “incompetencia”) se pasea como Pedro por su casa”, muchos funcionarios públicos hacen lo que les da la gana porque nO HAY CONSECUENCIAS. Entre sus pares se tapan sus tarugadas y ¡aquí no pasó nada! Es entonces COMPRENSIBLE que la gente exprese su fastidio y rechazo, mientras, repito sea de forma PACÍFICA. Los progres difaman por TV nacional, radio, periódicos, revistas, hacen lo posible e imposible por hacer que a uno lo despidan del trabajo, lo expulsen de su centro de estudios. Solo han cosechado lo sembrado. Llega un momento en que tanto va el agua al cántaro y este termina por romperse.
5-. ¿Que si el repudio debe ser delante de un menor de edad? Rotundamente ¡no! La inocencia y la dignidad de un niño SON SAGRADAS. Un niño no tiene la culpa de nada, NO tiene porqué pasar por una humillación y vergüenza pública porque entonces estamos llevando la legítima indignación a niveles de BARBARISMO. Eso es IMPERDONABLE y nos desvalora como sociedad. No se le llama la atención a NADIE frente a NIÑOS, MUJERES EMBARAZADAS Y ANCIANOS.
6-.Indignémonos, de manera FIRME pero pacífica. Salgamos a marchar y alcemos la voz, sin caer en excesos que desvirtúan nuestra JUSTA Y RAZONABLE protesta. Actuemos como lo que somos: GENTE DECENTE, con escrúpulos y con LÍMITES. Por último hagámoslo por una razón considerable: para evitar que esos que SIEMPRE HAN SIDO VERDUGOS y POR SUS FRUTOS no tienen NIGUNA AUTORIDAD MORAL PARA INDIGNARSE, terminen victimizándose.
7-. Y tengamos algo presente: todos somos PERUANOS. Somos personas CORRECTAS, de paz. De trabajo. De respeto.
Enfoquémonos en el objetivo: demostrar que si nos unimos como PUEBLO en un reclamo JUSTO, demos una reprimenda Y ESCARMIENTO a LOS FACINEROSOS que nos han llevado a esta situación, dejando claro que no nos dejaremos “pisar el poncho”.