Uno de los mayores laboratorios antivirus del mundo ha elaborado una lista de precios de los productos y servicios más demandados a los piratas informáticos
Por solo 12 euros es posible encargar el envío masivo de correos basura a 1.000 usuarios. Si lo que se desea es alcanzar a 10.000 víctimas, el precio por spam se reduce: 0,08 céntimos por email atacado. Reventar o crackear un archivo encriptado solo importa 40 euros.
Los hackers y el mercado negro «cada vez están más especializados», apunta en la sede filipina de la empresa el director de la unidad especial que analiza las nuevas amenazas, Ryan Flores. El mercado ruso, por ejemplo, se ha centrado en los virus que usan los servicios de pago por instalación (pay-per-install o PPI, en inglés): software que recibe un dinero de un anunciante por incluir en su descarga anuncios de su marca. Y quien dice anuncio, dice el software malicioso, el malware.
Los rusos despuntan también en sistemas de dirección de tráfico, las webs de apariencia inocente que redirigen a otras maliciosas y cuajadas de virus. El buscador Google ha retirado varias de estas páginas, todas ellas con la extensión .ru.
En China, en cambio, abundan los ataques por denegación de servicio, que consisten en saturar una red o una página web con tantas solicitudes de acceso que termina resultando inaccesible a los usuarios de buena fe. De uno de los casos más llamativos de los últimos años, sin embargo, se acusó a Rusia: en 2007 las principales instituciones de Estonia recibieron este tipo de ataques, que lograron bloquear la actividad del país.
Latinoamérica, y especialmente Brasil, prefieren herramientas dirigidas a usuarios, como las redes sociales y la creación de software para hacer spam a través de mensajes de sms, aunque también son paraísos para la formación de futuros criminales de la Red.
La Europa occidental, en especial sus sistemas de salud, resulta una víctima propiciatoria para los ataques que buscan el robo masivo de datos. «Estamos observando que interesa cada vez más el robo de datos valiosos. La mayoría de los ataques ya van dirigidos a los archivos», especifica Ryan Flores.
Los datos, que incluyen también los precios del mercado ilegal de documentación y moneda falsas, han sido compilados en la sede de la compañía Trend Micro en Pásig (Área Metropolitana de Manila) a partir de datos recopilados por su red internacional de observadores del mercado negro informático. La empresa comparte los datos con Interpol para la persecución de la ciberdelincuencia y colabora habitualmente con la entidad policial y con otras empresas de la competencia.