ENTRE CORTIJOS
Los olivos coronan poetas,
las viñas alegran corazones,
el arroz se rebuja con lentejas.
Entre cortijos van y vienen,
con cintas de colores,
músicas que almas adhieren.
En las fiestas cortijeras,
los fandangos llueven,
de muchas maneras.
Son trovos, son verdiales,
lo que sea… Guitarras, violines,
panderos, a raudales.
Y se despejan haciendas
claras cuyo sol se bebe
a la Sierra Morena sin penas;
y la luna se entrega
a la grandeza de las Alpujarras,
con hermosura sincera.
Acústica de cal, ladrillo
y piedra, y un campo que no se
acaba nunca, siendo testigo
de un cielo inspirador
y lisonjero que cobija,
con hechura de corazón.
¡Olé esas fiestas entre cortijos,
fiestas de temporeras inolvidables,
fiestas de tiempos detenidos!
-Antonio Moreno Ruiz