Aunque diplomáticamente redactado el twit de la Embajada de Cuba en España, que califica de «excelentes colaboradores» a los diplomáticos que terminan su misión en La Habana este mes, falta a la realidad en lo que concierne al menos una de las personas mencionadas: Marta de Blas. No dudamos de sus cualidades humanas, pero en lo que concierne a su trabajo y al manejo del personal bajo su mando, las cuentas no salen.
Empezando por la resolución de los expedientes de nacionalidad que llevan casi 10 años esperando resolución, y terminando por lo prometido el pasado 24 de enero en los salones de la Casa Canaria de Cuba con presidentes y representantes de once comunidades autónomas españolas, donde aseguró la próxima instalación de un espacio de citas automatizado. Todavía estamos esperando. Otras de las misiones incumplidas de la señora de Blas fueron las de abrir el Consulado español en Santiago de Cuba. Tampoco se han resuelto los problemas crecientes de la tramitación documental en Cuba.
Sus palabras cuando tomó el cargo frente a representates de las asocianes españolas: «ahora estoy en Cuba, para lo que mandéis. Vengo con el ánimo de ayudar a todos los españoles y descendientes que necesiten mis servicios”, quedaron en letra muerta.
Los otros funcionarios que terminan su labor en Cuba son: el Consejero de Cultura, Guillermo Corral, la Consejera Política Raquel Gómez-Cambronero, el Subteniente Pedro Sierra.