MAGNETISMO
Magnetismo divino el tuyo, Roma,
que no deja de atraparme,
acelerando tus sentidos mi alma.
No dejas de seguirme, de llamarme,
como un río de luz que se desborda,
sobre un puente de primaveral estampa.
Como el buen vino, te florece el tiempo,
cual perenne filosofía. ¡Quién pudiera
pudiera plasmarte en pleno alba,
como eterna fuente para la sed nerviosa,
y eterno imán de atracción inequívoca,
y eterno perfume de eterna remembranza!
Roma, magnetismo de música de miel,
anfiteatro de pino, arpa y uva,
tu casa siempre será mi casa.
–Antonio Moreno Ruiz