En el apellido materno del general Mola, que por cierto para nada su apellido, Mola, sea el origen del populismo español de que cuando una cosa gusta, se dice que “mola” cantidad. En lo de Vidal, en lo de la cubana Ramona Vidal, madre del citado militar franquista, tuvo que existir a la fuerza una clara vinculación entre lo cubano y lo español que mamaría en su infancia el que militarme proyectó una sombra en la rebelión del treinta y seis del siglo pasado, que tenía inquieto a un Francisco Franco, que como hombre, al parecer, no llegó a tener ni un solo amigo a lo largo y bajo de toda su vida.
La madre del general Mola, que no nos mola a muchos, era hija de un catalán dueño de un colmado en Cuba y una cubana, que se casó con un capitán de la Guardia civil desplazado en la localidad de la Cuba Central de Placitas, en Villa Clara, a los que al margen de la que después sería la madre de Mola, les salió un hijo, Leoncio Vidal, con el apodo guerrero de insurrecto, que con todo el máximo desprecio que se puede expresar mediante el lenguaje, los políticos españoles, el sistema español, denominaba a los cubanos que querían simple y llanamente que Cuba fuera por y para los cubanos; eso sí, sin entrar en muchas exigencias a la hora de otorga la cubanía a gentes procedentes de otras tierras, y no como los gilipollas de los europeos.
Por tanto, por la vía materna, el general Mola, que no nos mola a muchos, fue sobrino de un insurrecto cubano; y eso, por mucho que los llamados militares “africanos” que se sublevaron contra la república solo entendían fuertemente de asuntos relacionados con su escalafón, que en la más pura realidad era su patria y jornal, tuvieron que pesar en la vida del militar golpista, aunque en su biografía no aparece como arista por parte alguna.
Existe, aunque la crónica por parte española no suele dar anotación sobresaliente al hecho, muchos integrantes que tomaron parte en la rebelión, o en defender la república, cuya nacionalidad fue la cubana, supuesto que nacieron en Cuba; y, digan lo que quieran decir ahora, el lugar de nacimiento, el lugar donde abres los ojos a la vida y comienzas a caminar aunque sea de un modo balbuceante, es tu país, tu raíz, y todo lo demás son documentos anexos.
El cubano Emilio Mola Vidal, que personalmente solo me mola por el lado cubano materno de los Vidal, como le sacaba dos palmos de estatura a Franco, y Francisco Franco, incluso cuando ya era el amo de España no le gusta ni que el cámara del reportaje del NO-DO tomara planos donde se pudiera referenciar su talla menguada de lobo solitario, no va a ser un servidor el que opine que por algo mucho menor que ser de talla mayor a él se llevó a gente para adelante; pero el rumor está vivo y coleando y para la opinión pública española el general cubano Mola, que a muchos no nos mola, le hizo sombra al generalísimo, que quería todo el sol para él, incluido el papado cardenalicio de Roma.
En Mola, como en otros cubanos, militares o no, que les tocó vivir la chapuza española del mando español cuando el 1.898, el sentimiento que mamaron en sus infancias acerca del comportamiento de los EE.UU. en aquel su dejarles hacer lo que quisieron por parte de los poco españoles que se llenaron los bolsillos de dólares, es probable que hubiese dado otra resultante diferente al franquismo. Pero, como tal asunto entra dentro del campo de las conjeturas, y las conjeturas, para la crónica que quiera ser seria, no sirven.
Franco no fue amigo ni de su financiero por excelencia Juan March. Mola sí, y mucho. Y en el entorno de los rebeldes que le ofrecieron su brazo armado al clero vaticano para que volvieran los escalafones militares a llenarse de jefes y oficiales, y los pechos de los curas a llevar medallas que les recordara las cámara santas repletas de joyas en los sótanos de las iglesias, Cuba, muchos cubanos fueron parte activa en aquella sublevación como mandos.
Y todo se trató de compensar con muchos que vinieron a defender en las trincheras la forma de gobierno republicano.
Salud y felicidad. Juan Eladio Palmis.
SI TU ME HICIERAS
Si tú me hicieras
al sol sombra de tu sombra,
y a la noche
la palma más cercana a tu mano,
de aquella piedra
que ayer molió caña,
hizo melaza,
amasó pan, segó trigo,
vistió la higuera,
volvería por ti, mujer,
a ser la vuelta
que todo lo empieza.
Un jueves cuando septiembre se iba.
Sr. Palmis, al leer su escrito y el grosero error que en él se contiene, pensé que quizá su condición de cubano y su natural lejanía pudiera ser un atenuante para ello, pero resulta que es Vd murciano, lo que me ha causado una gran decepción. Y digo decepción porque el apoyo a la hispanidad que se le supone por la página en la que escribe y que yo comparto no es óbice para escribir cualquier cosa sin confirmar, mucho más en los tiempos actuales en los que tan fácil resulta realizar una mínima comprobación. Es por ello que no puede Vd calificar de franquista al general Emilio Mola, ya que el franquismo como tal se inicia con el nombramiento de Franco como Jefe del Estado el 28-09-36, momento en el que Mola ya no podía mostrarle ni su lealtad ni su simpatía porque para entonces llevaba casi cuatro meses muerto en accidente de aviación, hecho que conoce cualquiera que se interese por los hechos de nuestra desgraciada Guerra Civil. Por otro lado, le añado por si no lo sabe que al general Mola la figura de Franco no le causaba ninguna simpatía precisamente por su renuencia a formar parte del golpe militar que el primero encabezaba y llevaba preparando desde unos meses atrás. Porque Sr. Palmis ese militar «gordito», «de talla menguada», «solitario» y ególatra que Vd describe no quiso alzarse contra aquel régimen que todavía mantenía la fachada de república hasta que sucedió el magnicidio de Calvo Sotelo por la policía del PSOE y lo terminó de decidir. Por último, deja claro en su escrito que a Vd el general Mola no le «mola» nada, pero el general Mola, el general Franco y con ellos media España se alzaron contra la misma tiranía que esclaviza a los cubanos desde hace 65 años y que no me queda claro si a Vd le «mola».
Vaya debía haber escrito usted el artículo. El que se sabía bien esa historia era mi bisabuelo el muy juerguista murió hace unos años así que ahora nunca lo sabremos, pero recuerdo que me contaba historias de lo más interesante con respecto a esto, cosas que para la historia no fueron así
Alberto, en su comentario comete un error de fechas muy importante; error que da lugar a unas conclusiones por su parte muy alejadas de la realidad . Verá, D.Emilio Mola, el Director de la conspiración que dio lugar al Alzamiento del 18 de Julio de 1936, era General de Brigada y murió en accidente aéreo en junio de 1937 muchos meses después de que Franco -que ya era General de División, o sea un grado más que Mola- fuera nombrado Jefe del Estado español y Generalísimo de sus Ejércitos. Por tanto Mola llegó a estar muchos meses, desde octubre de 1936 hasta junio de 1937, a las órdenes del Generalísimo Franco; y formó parte del ejército ahora llamado franquista por algunos. Por cierto, Mola fue además uno de los generales componentes de la Junta que eligieron a Franco como generalísimo y seguramente lo hizo porque pensó que Franco tenía juventud a rebosar y muchas cualidades profesionales. Mola demostró tener mucha inteligencia entonces y antes, por eso llegó a general con 40 años y fue además Director General de Seguridad con Alfonso XIII; pero tuvo mala suerte y murió todavía muy joven por culpa del desgraciado accidente aéreo