Francisco Núñez del Arco, historiador quiteño y uno de tantos de nuestra cabecera, diserta en esta ocasión sobre las herramientas psicológicas utilizadas para mantener con la cabeza baja a los pueblos hispánicos. La mentira ahistórica no es sólo una cosa utilizada por las potencias rivales de España, sino que es algo inoculado cual virus en las personas que desde Europa a América forman una koiné mucho más sólida de lo que se piensa. El problema no es lo que otros, por intereses, digan de nosotros; el problema es que lo hayamos interiorizado como si fuera un tatuaje de nuestras respectivas almas, teniendo por bandera el complejo de inferioridad y negándonos un futuro por mor del desconocimiento de nuestras capacidades.
Pasen y vean: