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De cómo AMLO usó a Díaz-Canel para proponer revivir el ALCA

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Muchos nos hemos preguntado por qué Andrés Manuel López Obrador, AMLO, invitó al dictador designado Miguel Díaz-Canel a la Celebración por el 211 aniversario del Grito de Dolores. Para la absoluta mayoría no había otra razón oculta, sino solo el deseo de manifestarle su apoyo, darle un espaldarazo al régimen castrista que pasa por un mal momento en cuanto a su imagen ante el mundo. Otros, los menos, lo achacaban a ese interés tan de AMLO por gobernar a lo Trump, provocando escándalos y radicalización a su paso.

Algo de ambas cosas hay, sin duda. Pero su discurso de apertura de la Cumbre de la CELAC nos hace sospechar algo más. Incluso nos lleva a sospechar sobre el verdadero motivo de su esfuerzo por intentar revivir a un organismo internacional que ya muchos dábamos por muerto y enterrado.

Me parece evidente que AMLO convocó a esta Cumbre no porque le interese la moribunda CELAC, sino para hacerse con una tribuna internacional de peso desde donde proponer, de manera ahora lo más oficial posible y con las mayores posibilidades de repercutir en la opinión, su idea de crear en Las Américas un organismo semejante a la Comunidad Económica Europea, el organismo que antecedió a la actual Unión Europea. O sea, para establecer un Mercado Común, con aranceles externos comunes, en todo el Hemisferio Occidental.

En un final, para proponer revivir el proyecto del ALCA, de George Bush hijo. Porque en esencia, más allá de la palabrería y los principios de autodeterminación, y de respeto a las diferencias ideológicas, que no podían faltar, lo esencial de lo propuesto por AMLO al plenario de la Sexta Cumbre de la CELAC es ese Mercado Común, o área de libre comercio, como usted prefiera llamarla.

Pero como esto es un pecado capital contra la izquierda radical de América Latina, y en general contra todos los latinoamericanos que creen que el origen de todos nuestros males está en los Estados Unidos, y que por tanto la solución a esos males está en poner la mayor distancia de Washington, AMLO necesitaba un modo de neutralizar la reacción negativa con que sin dudas ese amplio sector político recibiría su propuesta. No olvidar que el voto de esa izquierda fue determinante para llevarlo a la presidencia, y que con ese voto cuenta en caso de ir a referendo revocatorio. En este sentido la situación de pérdida de prestigio del régimen cubano, tras la represión a las protestas del 11 y 12 de julio, su necesidad urgente de respaldo internacional cuando las críticas le llueven aun desde la izquierda, era una oportunidad de lujo para cubrirse las espaldas ante sus bases de apoyo que un viejo zorro como AMLO no iba a desperdiciar.

Así, la invitación a Miguel Díaz-Canel, tenía para AMLO dos objetivos interesados: Primero, mostrar sus avales de hombre de la izquierda más radical, para nada genuflexo ante Washington, al nada menos que atreverse a defender en público al régimen referente de esa izquierda radical, bajo ataque casi general en estos momentos por su violenta respuesta a las manifestaciones pacíficas de julio, y sobre todo bajo ataque del Gobierno y el Congreso de los Estados Unidos, a los cuales incluso convocó a cambiar su política hacia Cuba. Segundo, comprometer al régimen cubano, y a sus copias venezolana y nicaragüense, en no atacar abiertamente a su propuesta, y por tanto no influir negativamente en sus bases de apoyo mexicano.

Su maniobra, interesada, parece haber rendido frutos, si observamos la reacción de los medios oficiales cubanos y de Telesur: Ambos han preferido ignorar la propuesta de AMLO, y cuando han citado las palabras del presidente mexicano, fragmentariamente siempre, ha sido para dar a entender que sus palabras se dirigían a fortalecer a la CELAC, y no a proponer un Mercado Común Hemisférico, o un ALCA. Lo cual quiere decir que, al menos por el momento, han optado por ignorar y no atacar una propuesta que va tan en contra de sus principios ideológicos.

Sin embargo, la propuesta ha sido hecha, y aunque es poco probable que fructifique mañana mismo, puede marcar un antes y un después en la política latinoamericana. Ya en el mismo plenario algunos mandatarios, de los considerados de izquierda, reaccionaron muy positivos a la propuesta, como fue el caso de Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas.

Por primera vez la idea de crear en el Hemisferio Occidental un Mercado Común no ha procedido de los Estados Unidos, y ni tan siquiera desde los sectores políticos latinoamericanos tradicionalmente afines a Washington, sino nada menos que desde la tradición de pensamiento político anti-panamericanista. Lo cual demuestra que no es que comience a darse en Latinoamérica una evolución en su visión de los Estados Unidos, sino que ya hay una evolución establecida, en consonancia con la creciente multipolaridad del mundo actual, y el surgimiento de otros imperialismos económicos más activos, con los cuales las relaciones de intercambio vuelven a ser tan, o más desfavorables que con los imperios anteriores.

También demuestra la profunda crisis del izquierdismo castrista latinoamericano, que ahora se enfrenta a una gradual pérdida de su gran fuerza legitimadora: la suspicacia anti-norteamericana entre los ciudadanos al sur del Río Bravo. Una pérdida que en cierta medida el mismo castrismo ayudó impulsar, con su acercamiento a Washington durante la administración Obama. De hecho, habrá que ver en que para esta propuesta de AMLO, pero lo indudable es que de tener una respuesta de apoyo de otros gobiernos latinoamericanos, y sobre todo de demostrarse algún interés desde los Estados Unidos, necesariamente ocurrirá un quiebre en la izquierda de América Latina, con el actual gobierno mexicano liderando un bloque, y quizás Argentina el otro.

En todo caso, algo no puede pasarse por alto: En La Habana sin duda estaban conscientes de que se traía AMLO entre manos. Por tanto, si se han dejado manipular, y prestado indirectamente para revivir el ALCA e ir así contra el legado de Fidel Castro, que recordemos fue con Hugo Chávez el principal opositor a ese Mercado Común de las Américas propuesto por Bush hijo, es que sienten que tienen el agua al cuello. Sin duda deben sentir que su prestigio internacional ha quedado muy afectado, y que había que tragarse el orgullo por tal de que el presidente mexicano compartiera con ellos un poco de su legitimidad, sobre todo ante la izquierda, “vegetariana”. 

Sin duda también creen poder manipular lo que suceda de ahora en adelante, y puedan hacer olvidar la propuesta de AMLO. Mas ello depende de que los adversarios del régimen cubano entendamos lo que ha sucedido, y que seamos capaces de ver las innumerables posibilidades que abre a nuestro favor la propuesta de AMLO ante la muerta y enterrada CELAC.

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