La flamante alcaldesa de Barcelona, esto es, la bolivariana Ada Colau, le quitó una calle al almirante Cervera, sustituyendo este ilustre nombre por el de Pepe Rubianes, un dizque humorista y actor mediocre, zafio e hispanófobo. Dijo Colau, en honor a su «cultura», que Cervera era un «facha» (acrónimo de «fascista», aclarado sea para nuestros lectores hispanoamericanos). En cambio el almirante, si alguna filiación política tuvo, fue la liberal-progresista. Y fue ensalzado no sólo por sus enemigos mambises, sino hasta por Fidel Castro, quien siempre alabó su valentía y decisión.
En fin, Barcelona, una ciudad referente, cuenta con quien cuenta a la cabeza… Y luego, con estos lamentables y corruptos analfabetos en el poder, nos extrañarán que pase lo que pasa…
Pasen y vean: