El ditirámbico texto, publicado por el abogado Rafael Quecedo Aracil se titula ‘Cuba espera la llegada de inmobiliarias españolas’ y en ningún momento advierte de los peligros de la inversión, ni recuerda lo sucedido con la propiedades españolas expropiadas por el régimen de La Habana en 1959, en 1967 y en la actualidad.
A continuación, el texto del abogado español con intereses en Cuba.
El próximo mes de enero, los Reyes Don Felipe y Doña Letizia visitarán Cuba en lo que será un viaje histórico, dado que serán los primeros monarcas españoles que realizarán una visita de Estado a la isla caribeña. Para las empresas españolas, tanto las instaladas en Cuba como las que tienen en su punto de mira en la isla más española de América, la presencia de los Reyes será un punto de inflexión en un momento en el que no hay nación en el mundo -desarrollada o en vías de desarrollo- que no quiera estar presente en el nuevo escenario cubano.
El emblema de la presencia económica de España sobre el terreno es el sector turístico, que va a ser un pilar fundamental del nuevo rumbo que ha tomado la economía cubana con su apertura a la iniciativa privada.
Las declaraciones programáticas del Gobierno cubano avizoran que la inversión extranjera en este sector debe dirigirse básicamente a promover la actividad hotelera a través de nuevas construcciones o reconstrucciones de instalaciones de alojamiento, así como de infraestructuras complementarias en la actividad extrahotelera; a promover el desarrollo inmobiliario asociado a campos de golf y a otros que puedan tener como complemento puertos deportivos; así como a la construcción de parques temáticos dedicados al desarrollo de altas tecnologías.
Mediante la creación de empresas mixtas con los grupos hoteleros cubanos, Gran Caribe y Cubacán pretenden construir y comercializar 13.119 habitacioneshoteleras y villas de alto nivel en las provincias de Cienfuegos (450 habitaciones), Las Tunas (3.651), Holguín (4.023), Camagüey (3.745) y La Habana (1.250).
Bajo la modalidad de contrato de Asociación Económica Internacional, se prevén (fundamentalmente, con el Grupo Empresarial Hotelero Gaviota S.A.) obras de nueva construcción y de reparación de 27.970 capacidades hoteleras. Al cierre del año 2016 el número de habitaciones disponibles era de 61.547, previéndose incrementar esta cifra en 41.089 habitaciones, es decir un 61%.
Evidentemente, la cobertura de las necesidades del sector turístico requiere de un incremento significativo de establecimientos de nueva planta, pero no es lo único. El sector deberá responder al aumento previsto de la demanda con la creación urgente de nuevas infraestructuras, lo que coloca a las inmobiliarias y constructoras en la rampa de salida para el relanzamiento del turismo en la isla.
No es casual que en la cartera de oportunidades de Inversión Extranjera para el año 2017, publicada por el Gobierno de La Habana, el sector de la construcción resulte uno de los más potenciados. Se presentan una decena de oportunidades de negocio en las que destacan los servicios de reparación y alquiler de equipos y herramientas auxiliares de uso en la construcción; la construcción de un complejo turístico inmobiliario de golf; la producción de carpintería en blanco, estructura de techos y pisos en madera; la producción de elementos de yeso; los servicios de transporte e izaje de grandes pesos; los servicios de reparación capital de equipos de la construcción y la reparación y modernización de la planta de hormigón celular de Sancti Spíritus.
Los empresarios españoles deben saber que bajo el epígrafe Construcción se agrupan actividades heterogéneas que abarcan las investigaciones ingeniero-geológicas aplicadas, la elaboración de diseños para las actividades de construcción y montaje, la construcción de las obras civiles, industriales, de ingeniería, atraques y dragados, así como la producción y comercialización de materiales y productos asociados.
Los Principios generales de política para la Inversión Extranjera de este año, que informan sobre el avance de las inversiones previstas, reconocen las carencias en el ámbito constructivo, destacando los subsectores de tecnología, formación o estándares de calidad.
Para contrarrestar las insuficiencias del sector, se propone licitar los servicios de diseño y construcción entre empresas extranjeras y cubanas cuando las inversiones por su complejidad así lo requieran. De otra parte, se autoriza el establecimiento de Empresas de Capital Totalmente Extranjero para la ejecución de inversiones, especialmente para el desarrollo de la infraestructura industrial a través de contratos especiales llave en mano, tales como: Contrato de Ingeniería, Procura y Construcción (IPC), Contrato de Ingeniería, Procura y Dirección de la Construcción (IPCM), Contrato de Construcción, Propiedad, Operación y Transferencia (BOOT), Contrato de Construcción, Transferencia y Operación (BTO).
El efecto tractor del sector turístico en Cuba debe arrastrar inversiones y actividad creciente para las constructoras e inmobiliarias españolas y la histórica visita de Felipe VI debería contribuir a impulsar un marco de colaboración estable con el Gobierno cubano para que la presencia de empresas españolas aumente exponencialmente.