Los países más represivos con la inmigración, con los homosexuales y donde nunca manda la mujer, son las dictaduras comunistas. Curiosa y casualmente (je), eso lo comparten con los países musulmanes. ¿Quizá por eso aparentan llevarse tan bien? Puede ser. También porque entrambos odian el cristianismo a muerte.
No obstante, los segundos serán los primeros en acabar con los primeros; por más que los primeros crean tener como clientela política a los segundos; válganos el trabalenguas. El problema es que ahí no se quedará la cosa y se extenderá todo cual mancha de aceite, más tarde o más temprano.
Con todo, hay que tener claro que tanto el comunismo como todas sus excretas más o menos modernas no son sino estafas ideológicas. Los progres, esto es, los tipos humanos incubados por estas vanas y farsantes filosofías, siempre son los más racistas y discriminadores y ni ellos mismos se creen sus mantras. Hoy vemos cómo muchos se ríen de las mujeres agredidas por los separatistas catalanes, al igual que siempre hemos visto justificar todo tipo de acciones que contradicen esos mantras. Sustituir la lucha de clases por la lucha de lo primero que se antoje como conveniencia ideológica es lo que tiene. Pero en verdad, siempre ha sido así. Porque el marxismo nunca ha sido filantropía.
Estemos atentos, porque Diosdado Cabello, gerifalte de la tiranía chavista y del Cartel de los Soles, ya ha dicho que en Argentina, Ecuador y Perú está soplando una brisita bolivariana. Y esa pestífera brisita parece que se extiende por Chile y España. Justo en el bicentenario de las dizque independencias americanas. Otra vez un proceso revolucionario para sitiar en llamas al orbe hispano.
-Antonio Moreno Ruiz