El western como herramienta y arquetipo de hispanidad

«…estamos ante centauros que de las praderas del norte a las pampas del sur hablan y tratan en náhuatl, quechua, guaraní, aimara y lo que se ponga por delante. Conductores de ganados que son capaces de dirigir manadas por terrenos inmensos y atrapar el ganado cimarrón, forjando razas en la misma naturaleza; lo mismo que a día de hoy seguimos viendo en la Saca de las Yeguas de Almonte, el pueblo al que pertenece la aldea del Rocío y que ve muy de cerca cómo el río Guadalquivir desemboca en el Atlántico de Sanlúcar de Barrameda. Como siempre me enseñó Francisco Rivas, de este solar brotó la vaca mostrenca, antepasado directo de la vaca tejana, que pasó al Nuevo Mundo asentándose a su vez en Canarias. Asimismo, los famosos caballos mustangs tan característicos de Utah, Arizona y tantos otros pagos estadounidenses, deben su genética y su nombre a los caballos mesteños, esto es, “sin dueño”; animales rústicos con una gran capacidad de adaptación, nacidos y criados en una Doñana donde los inviernos son muy lluviosos y los veranos muy secos; los mismos caballos que todavía los almonteños doman en aquel inmenso, hermoso y fértil territorio que es a la sazón el parque nacional de Doñana, donde pervive el lince ibérico y donde algunos quisieran encontrar la mítica cultura de Tartessos y hasta la Atlántida, ya…»

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