Las dos grandes olas para inundar todo el continente de Las Indias, el clero católico vaticano y los EE.UU., han trabajado firme y duro, y lo sigue haciendo, pero ahora con un grado tremendo de intranquilidad porque el hecho de que los chinos y los rusos no hayan sucumbido con el coronavirus, a las dos olas citadas, que siempre habían pensado que allí no había más pito y agujero que el de su flauta, están muy preocupados y acuden más de lo que es normal al retrete.
Al clero católico y romano, porque a pesar de que en los registros de la propiedad de Las Indias hasta los vientos que soplan por allí está registrados a su santo nombre; como al fin y al cabo los registros de la propiedad solamente son papeles, el hecho que la cuña de su misma madera: los protestantes y demás sectas religiosas, como cantan la misma milonga con diferente guitarra, es un asunto ya muy preocupante para el papado romano porque están viendo como poco a poco se están quedando con los papeles en la mano, pero el usufructo de la realidad terrenal, se están llevando el gato al agua otras sotanas y alza-cuellos con idénticos ademanes y manos muertas.
Y respecto a los “valientes” mercenarios Usa, que hasta hace poco no tenían que tener en la cuenta de los gatillos de sus armas solamente a los rusos, ahora les están saliendo, además, otros comunistas que no los tienen en cuenta a ellos, los amos democráticos, para nada; y tal cosa, a los que llegaron años que se llegaron a creer lo del imperio yanqui hasta el fin de los tiempos, los tiene como gallinas sin gallinero donde poner los huevos.
Hasta hace muy poco, y todavía siguen insistiendo, para el pastel Indiano solamente tenían cuchara para comer de él la santa cuchara vaticana y la valiente arma de combate Usa. Y, al servicio de ambas cucharas, los tambores judíos controlando todos los medios de comunicación, para que no se olvidara que a ellos los masacraron, pero lo que ellos hacen con los demás solamente es agrandarle tantos los sufrimientos inmediatos diarios, para que la muerte sea realmente una liberación de una vida perra; es decir, hacerles un favor.
Y aunque a los únicos que no le pilló desprevenidos la ola sajona para inundar todo lo que se podía mojar en Las Indias fue al clero católico romano que, parroquia por parroquia, del mismo modo que en España, el cura todas las tardes merendaba en casa del señor o la señora marquesa, en Las Indias, los curas y frailes tomaban cerveza con los mandos Usa, y los ponían al día de todo, señalándoles incluso los latigueros que tenían que poner para que la democracia yanqui, en ausencia de las tropas mercenarias, funcionara a tope asolando.
Por tanto, el balance contable al día de hoy, da todavía un saldo muy favorable respecto a que van ganando aquellos que se oponen con toda firmeza a que Las Indias puedan organizarse, al modo ABC de Perón (Argentina, Brasil, Chile), al que por pensar así los excomulgó el clero católico, o al modo de aquel gran libertador venezolano, que siguiendo la idea originaria de su paisano Francisco de Miranda, el Gran Simón Bolívar, tuvieron que envenenarlo para que el saldo contable de la Gran Colombia, no pusiera en el lugar que le corresponde a un clero católico avariento con apuesta decidida a la incultura, la emigración y la miseria, y con unos demócratas que en vez de grilletes utilizan latigueros que les sale más barato.
Aunque no se puede predecir el futuro inmediato, lo que si queda claro que a los judíos ya los tenemos más que calados por la mala leche integral que tienen; a los vaticanos y a su amasijo con los EE.UU. también. Y si ya no queda nadie que pueda impresionar las retinas de las gentes de la calle con algún tipo de admiración o respeto, todo está, por tanto, rodando.
Salud y felicidad, sin Covid. Juan Eladio Palmis
